«Al llegar cerca del puente, Takumi le ordenó a Kento que intentara hacer blanco en una madera que se encontraba a unos sesenta metros. Kento acertó a la primera. Luego el anciano pidió que esperaran en silencio unos momentos. Cuando el sol terminó de ocultarse, un fuerte viento sopló… (Kento, esta vez, erró el tiro y la flecha pasó a varios metros de distancia del blanco, por culpa del viento. Entonces disparó el maestro Takumi)… El disparo dio en la madera, a pesar del viento. Takumi miró a sus alumnos y dijo:
– Cuando vayais a disparar, no podreis elegir las condiciones externas. Tan sólo aceptarlas, dejarlas entrar en vuestro interior y actuar en consecuencia. Ocurre lo mismo que con los problemas de la vida. La mayoría de las veces, las cosas nos pasan sin más, sin que podamos hacer nada al respecto… No podemos ir siempre en línea recta. A menudo habrá cosas que nos harán desviarnos y sufrir. Tenemos entonces dos opciones: la primera es lamentarnos y quedarnos paralizados; la segunda es tener la flexibilidad suficiente para darnos cuenta de que sólo si nos reconocemos como parte del problema podremos ser parte de la solución…»
Fragmento del libro «Los cerezos en diciembre»
Ariel Andrés Almada
Bon dia, Egunon, Bos días, Buenos días de ya vienen los Reyes…
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