La librería de Chelo

Este es el blog de Chelo Puente, donde descubrirás algo sobre mí a través de las palabras escritas y leídas.


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Vuelve otra vez


 

Volver a los versos del gran poeta griego, aunque nacido en Alejandría
y que vivió casi toda su vida en Inglaterra

KONSTANTINOS PETROU KAVAFIS

es siempre una buena opción para elegir, porque sus poemas son concisos,
porque evocan siempre emociones y ambientes relacionados con la cultura griega
y porque es el poeta griego más importante del siglo XX y uno de los que
más han influido en la poesía moderna.

 

VUELVE OTRA VEZ

kavafis

Konstantinos Kavafis. 1863 – 1933

Vuelve otra vez y muchas veces, cógeme,
amada sensación, regresa y cógeme,
cuando la memoria del cuerpo se despierta
y un antiguo deseo atraviesa la sangre,
cuando los labios y la piel recuerdan,
cuando las manos sienten que aún te tocan.

Vuelve otra vez y cógeme en la noche
cuando los labios y la piel recuerdan.


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El alma


cielo

Hoy he acudido a los versos de la gran poeta y amiga

MARÍA G. VICENT

con un poema que hoy le quiero dedicar a una persona muy apreciada por mí,
que nos ha dejado demasiado joven, en una noche mientras el cielo se poblaba de estrellas.
En el recuerdo quedan las temporadas de conciertos de música clásica, las cenas de después, las conversaciones,
alguna tarde de cine, las comidas del día de Reyes, los fines de semana de intercambio de niños
y otras cosas más, que vivimos mientras éramos más jóvenes.

 

EL ALMA

Mañana naceré, hoy se muere el alma.
Mis ojos descubren la senda trazada
en un largo año lleno de nostalgia.
Nostalgia de un sueño y vidas pasadas.
Mañana naceré, hoy no queda nada.
Mi boca se cierra, sedienta, cansada
de falsas promesas, de besos de agua,
de caricias locas y sonrisas vanas.
Mañana naceré, hoy no queda nada.
Mis manos abiertas buscan la mañana.

La vida, la luz, la pasión, la calma.
Mañana naceré,
nacerá mi alma.

¡Buen viaje, mujer valiente, que el universo te acoja!

 

 


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Tus silencios


isabel

Isabel F. Bernaldo de Quirós

Hoy os traigo un poema de nuestra querida poeta y amiga

ISABEL F. BERNALDO DE QUIRÓS

para que nos haga pensar en él y con cuya lectura disfrutaremos.

 

TUS SILENCIOS

Sé lo que piensas, amor,
por los cambios de tus silencios.
Orando la calma
soñando bondades
sobrellevo el tiempo que se desliza
en el estruendo.
Aliento de mi desamparo, 
no dejes que se aquieten tus silencios.

Poema incluido en su poemario Las farolas caminan la calle, Ed. Vitruvio, que podéis pedir en vuestra librería.


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Baladilla de los tres ríos


Federico-Garcia-Lorca

Federico García Lorca. Fuentevaqueros (Granada), 1898

El viernes pasado día 5 de junio fue el aniversario del nacimiento del gran poeta

FEDERICO GARCÍA LORCA

por eso hoy le recordamos con este poema tan veraniego.

 

BALADILLA DE LOS TRES RÍOS

El río Guadalquivir
va entre naranjos y olivos.
Los dos ríos de Granada
bajan de la nieve al trigo.

¡Ay, amor
que se fue y no vino!

El río Guadalquivir
tiene las barbas granates.
Los dos ríos de Granada
uno llanto y otro sangre.

¡Ay, amor
que se fue por el aire!

Para los barcos de vela,
Sevilla tiene un camino;
por el agua de Granada
sólo reman los suspiros.

¡Ay, amor
que se fue y no vino!

Guadalquivir, alta torre
y viento en los naranjales.
Dauro y Genil, torrecillas
muertas sobre los estanques,

¡Ay, amor
que se fue por el aire!

¡Quién dirá que el agua lleva
un fuego fatuo de gritos!

¡Ay, amor
que se fue y no vino!

Lleva azahar, lleva olivas,
Andalucía, a tus mares.

¡Ay, amor
que se fue por el aire!


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Un viento


claudio rodriguez

Claudio Rodríguez. 1934 – 1999

Con el mes de junio recién estrenado, qué mejor manera de celebrarlo
que hacerlo con un poema del poeta zamorano de la Generación del 50

CLAUDIO RODRÍGUEZ


Su actitud contemplativa de la naturaleza le une a los místicos
y se siente influido por Rimbaud.

 

UN VIENTO

Dejad que el viento me traspase el cuerpo
y lo ilumine. Viento sur, salino,
muy soleado y muy recién lavado
de intimidad y redención, y de
impaciencia. Entra, entra en mi lumbre,
ábreme ese camino
nunca sabido: el de la claridad.
Suena con sed de espacio,
viento de junio, tan intenso y libre
que la respiración, que ahora es deseo
me salve. Ven
conocimiento mío, a través de
tanta materia deslumbrada por tu honda
gracia.
Cuán a fondo me asaltas y me enseñas
a vivir, a olvidar,
tú, con tu clara música.
Y cómo alzas mi vida
muy silenciosamente,
muy de mañana y amorosamente
con esa puerta luminosa y cierta
que se me abre serena
porque contigo no me importa nunca
que algo me nuble el alma.


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Poema inacabado


 

maria

María G. Vicent

Qué bonito es el miércoles si es de poesía, y aún lo es más
si lo recibimos con los versos de nuestra querida amiga y poeta

MARÍA G. VICENT

porque nadie como ella es capaz de plasmar una ruptura de forma tan
pausada, 
optimista y bella, pero también con la rotundidad y tristeza,
como lo hace en este poema.

 

POEMA INACABADO

Emprenderé el vuelo vestida con el recuerdo
de un instante que nunca existió.
Más allá del recuerdo tatuado en mi piel,
más cercana a las voces de mi propio destino.
Alcanzaré mi futuro en alas del viento
que impulsa lo mejor de mis sueños.
En la soledad más absoluta,
te olvidaré sin lágrimas.
Porque…
tú te fuiste y te llevaste
los últimos versos de nuestro poema.

De su poemario Mientras la vida soñaba


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Yo soy


 

jo

John Clare. Inglaterra, 1793-1864

Hoy que vuelve a ser  miércoles os traigo un poema un tanto especial, dado que su autor lo compuso en una etapa muy crítica de su vida, mientras estaba internado en un manicomio, completamente aislado de familia y amigos.
Gracias a una enfermera que le cuidaba, este poema logró salir de las cuatro paredes de su celda. Lo he traído porque refleja la lucha interna de su autor por encontrar su yo más individual, y como muestra de que, hasta en las condiciones más adversas, el poeta surge a través de sus versos. Esto es lo que le ocurrió a

JOHN CLARE

 

YO SOY

Yo soy: sin embargo, lo que soy nadie conoce o le importa,
mis amigos me abandonan como a un recuerdo perdido;
yo soy el consumidor de mis males,
se levantan y desaparecen en el anfitrión inconsciente,
como sombras en el amor y el olvido de la muerte;
¡y sin embargo, yo soy! Y vivo como las sombras echadas

en la nada del desprecio y el ruido,
en el mar vivo de los sueños despiertos,
donde no hay sentido de la vida ni alegrías,
pero el gran naufragio de los afectos de mi vida;
siempre los más queridos —los que más amé—
son ahora extraños, más y más extraños todavía.

Añoro lugares donde el hombre nunca haya pisado;
un sitio donde ninguna mujer haya sonreído o llorado;
para vivir allí con mi creador, Dios,
y dormir como dormí dulcemente en la infancia:
yaciendo imperturbable y despreocupado;
la hierba debajo, encima el cielo abovedado.