Hoy 12 de enero se cumple el segundo aniversario del terrible terremoto que devastó Haití. Más de 200 años habían pasado sin que este pequeño país hubiera sufrido ningún terremoto, pero este día la falla (creo que se llama de San Andrés) rugió de tal forma que provocó un terremoto de 7,3 grados en la escala Ritcher.
Más de 310.000 muertos, más de 350.000 heridos y más de un millón de personas quedaron sin casa, en un pequeño país de poco más de ocho millones de habitantes.
La comunidad internacional se puso en marcha para ayudar a Haití, pero 2 años después me sigo preguntando ¿dónde fueron los más de 3.000 millones de euros destinados a ayudar a Haití? ¿por qué hoy siguen sin casa más de 500.000 personas? ¿por qué los niños siguen sin escuela, sin hogar y expuestos a todo tipo de enfermedades infecciosas?, pero sobre todo me pregunto ¿por qué la ONU no envió un equipo de gestión con funciones de Presidente para gestionar los recursos que llegaban al país? ¿por qué les dejaron a merced de cualquier tipo de maleantes que se aprovecharían de su desgracia? ¿por qué dejaron a las ONG’s con todo el trabajo?
Hoy, que también es el 384º aniversario del nacimiento de Charles Perrault, ese abogado francés que un día decidió dedicarse a escribir historias para niños, y así nacieron cuentos como Cenicienta, Caperucita Roja, La Bella durmiente, Pulgarcito o El gato con botas, me acuerdo de los niños de Haití. Pues bien, hoy, precisamente hoy, no nos olvidemos de esos niños haitianos que están viviendo la infancia en las peores condiciones.
Así que -como dice Forges- No te olvides de Haití.
Bon dia, Egunon, Bos días, Buenos días de «no te olvides de Haití»