Cuando todo parece perdido puede ser que una luz aparezca en el horizonte, aunque sea a través de todo lo que ya se ha roto y se tardará mucho tiempo en recomponer.
Vivimos tiempos convulsos donde impera la sinrazón y las pocas ganas de entendimiento, y cuando mi corazón está herido no tengo mejor bálsamo que la poesía. Hoy recurro a la del gran poeta Gabriel Celaya, al que tuve el honor de conocer personalmente.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
6 de octubre de 2017 en 08:37
La de veces que me he recitado ese poema, Chelo. Un abrazo, querida amiga.
6 de octubre de 2017 en 08:54
Parece mentira que tantos años después siga siendo tan actual.
Besos y versos para este viernes.
6 de octubre de 2017 en 09:10
🙂 Sí, qué triste que sea tan actual. El género humano siempre dando vueltas sobre el mismo punto, sin avanzar. ¡Feliz fin de semana! Un abrazo grande.
6 de octubre de 2017 en 09:39
Siempre que leo esos versos oigo a Paco Ibañez, pero nunca me habían entristecido tanto.
Un beso fuertisimo, Chelo.
6 de octubre de 2017 en 13:58
Cuando oigo la palabra DEMOCRACIA en la boca de algunas personas me resulta alucinante y creo que vivo en otro planeta.
DEMOCRACIA, DEMOCRACIA, DEMOCRACIA
6 de octubre de 2017 en 15:30
Palabra muy importante que está muy devaluada.
Petonets, amiga Cris.
6 de octubre de 2017 en 18:27
No aprendemos nada…
Besos.
6 de octubre de 2017 en 19:27
Ya sabes que el hombre es el único animal que tropieza insistentemente en la misma piedra.
Besos y versos, Alberto.