La librería de Chelo

Este es el blog de Chelo Puente, donde descubrirás algo sobre mí a través de las palabras escritas y leídas.


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Poema inacabado


 

maria

María G. Vicent

Qué bonito es el miércoles si es de poesía, y aún lo es más
si lo recibimos con los versos de nuestra querida amiga y poeta

MARÍA G. VICENT

porque nadie como ella es capaz de plasmar una ruptura de forma tan
pausada, 
optimista y bella, pero también con la rotundidad y tristeza,
como lo hace en este poema.

 

POEMA INACABADO

Emprenderé el vuelo vestida con el recuerdo
de un instante que nunca existió.
Más allá del recuerdo tatuado en mi piel,
más cercana a las voces de mi propio destino.
Alcanzaré mi futuro en alas del viento
que impulsa lo mejor de mis sueños.
En la soledad más absoluta,
te olvidaré sin lágrimas.
Porque…
tú te fuiste y te llevaste
los últimos versos de nuestro poema.

De su poemario Mientras la vida soñaba


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A quien pueda interesar


José Emilio Pacheco 1939 - 2014

José Emilio Pacheco
1939 – 2014

La semana pasada nos dejaba Juan Gelman
y ésta la empezamos con la marcha del poeta mexicano

JOSÉ EMILIO PACHECO

y para este miércoles de poesía he elegido uno de sus poemas
uno que creo que define al gran poeta que no se cree grande.

X

X

X

A QUIEN PUEDA INTERESAR

Que otros hagan aún
    el gran poema
los libros unitarios
    las rotundas
obras que sean espejo
    de armonía

A mí sólo me importa
    el testimonio
del momento que pasa
    las palabras
que dicta en su fluir
    el tiempo en vuelo

La poesía que busco
    es como un diario
en donde no hay proyecto ni medida

enero, 2014 © chelopuente

 


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Volando voy… volando vengo…


Siempre me pregunto lo mismo y aún no he encontrado respuesta. La pregunta es por qué la gente prefiere hacer una cola -de pie- unos 20 minutos aproximadamente, mientras espera que se abra el mostrador de embarque, en lugar de esperar sentado a que llegue el momento.

Hay quien ya se lo sabe y no hace cola porque hará viaje de ida y vuelta en el día, y -en ese rato- da tiempo a hacer alguna cosilla, la última llamada de teléfono, los últimos retoques a la presentación, consultar las notas de argumentación, hojear la prensa o simplemente pensar en las musarañas, como hacía yo, que ya llevaba los deberes hechos.

Aquella pareja de mediana edad estaban los primeros de la fila, llevaban más de media hora allí clavados y eso me hizo pensar que tendrían algún interés recóndito para entrar los primeros en el avión, o quizá querían elegir el mejor sitio, suponiendo que haya un mejor sitio.

Como yo hace tiempo que decidí evitar hacer cola (siempre que pueda), embarqué de los últimos, junto a otros dos rezagados que ultimaban detalles. Cuando llegamos a la escalera de subida al avión, vemos que están totalmente atascadas las dos entradas y cuando accedo al avión… ¿qué ven mis ojos?… la pareja que entró de los primeros, aún andan por el pasillo tratando de encontrar un sitio que les agrade, y por tanto, atascando el acceso al resto del pasaje. Los auxiliares de vuelo intentan que se coloquen ya de una vez, pero no hay manera de que ello ocurra. Al final, cada uno del resto, nos acomodamos en el sitio que nos parece mejor, o simplemente en el que queda libre, y ellos siguen sin sentarse, y claro, ahora ya no quedan dos sitios juntos.

Los auxiliares de vuelo lo siguen intentando, y la señora protesta… ¡cómo voy a dejar a mi marido aquí solo!... y entonces se oye la voz de un chico que, desde la otra punta del avión, grita… ¡señora, que son 50 minutos de vuelo, nadie le va a robar a su marido, siéntese ya por dios! y así, con unas risas, empezamos el día un poco más alegres, y volamos más risueños…

Chelo Puente – enero, 2011

 

http://www.youtube.com/watch?v=7lOEsFE_iPk