Hoy, día 25 de noviembre de 2019, volvemos a conmemorar el Día Mundial contra la violencia de género, porque sigue existiendo, porque no podemos bajar la guardia, porque no podemos mirar hacia otro lado, y para este día he elegido un poema de Leha que es tremendo, duro, tremendo e imprescindible para tomar conciencia.
SILENCIO LETAL
Mis cuerdas se enredan y ya no me sostengo.
A Dios le tiembla el pulso
y el infierno arde tras la puerta.
Estoy sola.
Me siento sola.
El miedo tiene rostro,
jadea en mi espalda cada noche
me somete y me amordaza,
tensa mis cuerdas hasta arrancarme la voluntad,
las fuerzas de salir corriendo
terminar con ésto.
Correr…
Correr sin importar dónde
añoro los cielos abiertos, los campos inmensos
bocanadas de aire vibrándome en el cuerpo…
Pero soy cobarde, por eso al girar la llave,
un nudo atado a mi cuello
deshace mis pasos de nuevo
y vuelvo para seguir pagando el tributo a mi error,
el de haber querido ver algo parecido al amor,
en alguno de sus actos,
en su asfixiante control,
en su sibilino desprecio.
Hace tiempo perdí la voz
dejé de creer en los milagros
de que alguien venga y me salve,
me arranque de mi propia vida,
del pecado de ser quien soy;
una mujer que ha perdido su identidad
y que desde hace mucho tiempo
no se reconoce en el espejo.
Me avergüenza mi cara marcada,
me avergüenzo del puño cerrado hundiéndose en mi estómago
me avergüenzo de mis lágrimas…
porque cuando salgo todos miran
¡me miran!
después, bajan la mirada
… y callan.