La librería de Chelo

Este es el blog de Chelo Puente, donde descubrirás algo sobre mí a través de las palabras escritas y leídas.


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Un viento


claudio rodriguez

Claudio Rodríguez. 1934 – 1999

Con el mes de junio recién estrenado, qué mejor manera de celebrarlo
que hacerlo con un poema del poeta zamorano de la Generación del 50

CLAUDIO RODRÍGUEZ


Su actitud contemplativa de la naturaleza le une a los místicos
y se siente influido por Rimbaud.

 

UN VIENTO

Dejad que el viento me traspase el cuerpo
y lo ilumine. Viento sur, salino,
muy soleado y muy recién lavado
de intimidad y redención, y de
impaciencia. Entra, entra en mi lumbre,
ábreme ese camino
nunca sabido: el de la claridad.
Suena con sed de espacio,
viento de junio, tan intenso y libre
que la respiración, que ahora es deseo
me salve. Ven
conocimiento mío, a través de
tanta materia deslumbrada por tu honda
gracia.
Cuán a fondo me asaltas y me enseñas
a vivir, a olvidar,
tú, con tu clara música.
Y cómo alzas mi vida
muy silenciosamente,
muy de mañana y amorosamente
con esa puerta luminosa y cierta
que se me abre serena
porque contigo no me importa nunca
que algo me nuble el alma.


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Despertar


Julie Sopetrán

Julie Sopetrán

Hoy celebramos este miércoles de poesía
con un poema de

JULIE SOPETRÁN

porque venimos de la noche
y hemos despertado entre versos.

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DESPERTAR

Hoy vengo de la noche
de un sueño interminable;
de la sombra que bulle
en las manos del viento
cual si fuera un milano
fracturado de besos
soplado por el hálito
del destino fugaz…

Hoy vengo de aquel tacto
de luz, desvanecida
que oscila entre los guiños
de andaduras solares
cuando, en amanecida
el destello es halago
que deja en la mirada
su tacto de aguacero…

Hoy vengo de la noche
pero sigo en tus brazos.

©Julie Sopetrán

Si queréis leer más de los bellos poemas de Julie, os recomiendo que visitéis su blog, del que os dejo el enlace https://eltiempohabitado.wordpress.com/


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S O S


Emilio Cao - Santiago, 1953

Emilio Cao – Santiago, 1953

 

Para este miércoles de poesía recurro a los versos
del músico gallego y especialista en arpa celta

EMILO CAO

del que además os dejo un trocito de su música.

S O S

Nos fuimos quedando solos
el mar, el barco y nosotros.
Nos robaron el sol.
El paquebote esmaltado
que cosía con líneas de humo
ágiles cuadros sin marco.
Nos robaron el viento.
Aquel velero que se evadía
por la cuerda floja del horizonte.
Este océano desatracó de las costas
y los vientos de la Roseta
se orientaron al olvido.
Nuestras soledades
vienen de tan lejos
como las horas del reloj
pero también sabemos la maniobra
de los navíos que fondean.
A sotavento de una singladura
en el cuadrante estático de las estrellas
quedó parada esta hora.
El cadáver del mar
hizo del barco un ataud
humo de pipa, saudade
noche, silencio, frío
Y quedamos nosotros solos
sin el mar y sin el barco.
Nosotros.

Emilio Cao – Santiago, 1953


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Poema 14


Pablo Neruda - 1904-1973

Pablo Neruda – 1904-1973

Porque también en otoño
quiero hacer contigo
lo que la primavera hace con los cerezos.

Y para ello,
nada mejor que recurrir a los versos del gran

PABLO NERUDA

en este primer miércoles de octubre.

POEMA 14

Juegas todos los días con la luz del universo.
Sutil visitadora, llegas en la flor y en el agua.
Eres más que esta blanca cabecita que aprieto
como un racimo entre mis manos cada día. A nadie te pareces desde que yo te amo.
Déjame tenderte entre guirnaldas amarillas.
Quién escribe tu nombre con letras de humo entre las estrellas del sur?
Ah déjame recordarte cómo eras entonces, cuando aún no existías.

De pronto el viento aúlla y golpea mi ventana cerrada.
El cielo es una red cuajada de peces sombríos.
Aquí vienen a dar todos los vientos, todos.
Se desviste la lluvia.

Pasan huyendo los pájaros.
El viento. El viento.
Yo sólo puedo luchar contra la fuerza de los hombres.
El temporal arremolina hojas oscuras
y suelta todas las barcas que anoche amarraron al cielo.

Tú estás aquí. Ah tú no huyes.
Tú me responderás hasta el último grito.
Ovíllate a mi lado como si tuvieras miedo.
Sin embargo alguna vez corrió una sombra extraña por tus ojos.

Ahora, ahora también, pequeña, me traes madreselvas,
y tienes hasta los senos perfumados.
Mientras el viento triste galopa matando mariposas
yo te amo, y mi alegría muerde tu boca de ciruela.

Cuanto te habrá dolido acostumbrarte a mí,
a mi alma sola y salvaje, a mi nombre que todos ahuyentan.
Hemos visto arder tantas veces el lucero besándonos los ojos
y sobre nuestras cabezas destorcerse los crepúsculos en abanicos girantes.

Mis palabras llovieron sobre ti acariciándote.
Amé desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado.
Hasta te creo dueña del universo.
Te traeré de las montañas flores alegres, copihues,
avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos.

Quiero hacer contigo
lo que la primavera hace con los cerezos.


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Contra el viento del norte


contra el vientoCONTRA EL VIENTO DEL NORTE

Daniel Glattauer

Edit. Alfaguara, 2010

Por una de aquellas casualidades que a veces ocurren, Leo Leike recibe un mail de una desconocida Emmi Rothner, solicitando darse de baja de una suscripción. A los pocos días recibe otro, reiterando la petición, por lo que Leo decide contestarla, con un mail ciertamente ingenioso, que pone al descubierto el error de Emmi, y hace que continúen escribiéndose.

A lo largo del tiempo, apenas conocen nada de sus vidas el uno del otro; Emmi es una diseñadora de páginas web, casada y con dos hijos; Leo es profesor de Universidad y acaba de concluir una relación estable, y ninguno de los dos quiere que el otro entre en su vida personal, no desean que su «intimidad» seaGlattauer invadida. Sin embargo, llegan a un nivel de intimidad en sus mails que solo es posible al sentirse a salvo, protegidos tras la pantalla de su ordenador. Mensajes ingeniosos, divertidos, irónicos, sarcásticos, sinceros, íntimos y algunos eróticos, liberando un juego de seducción entre ambos.

No se conocen personalmente, a pesar de vivir en la misma ciudad, y aplazan cada momento en que deciden conocerse, quizá por miedo a defraudar, quizá por miedo a que desaparezca la magia. Finalmente conciertan una cita, y, ¿qué ocurre?…,¡no os penséeis que os lo voy a decir! lo tenéis que descubrir vosotros si os interesa el argumento de Contra el viento del norte.

Creo que el Hamburger Abendblatt lo definió perfectamente, diciendo de este libro que es «un juego espléndido sobre la fantasía y la imaginación».

¿Qué nos propone Daniel Glattauer cuando se está a punto de cumplir los 50?, ¿es la red un vehículo para canalizar esas emociones y sentimientos difíciles de expresar en persona?, ¿la pantalla de nuestro ordenador nos protege?, ¿nos hace más atrevidos, más emotivos, más sinceros, más libres?, ¿es el mundo virtual un lugar seguro para los deseos secretos?, en definitiva, ¿el mundo virtual nos convierte en un poco cyran@s?, pues si es así…¡Bienvenid@s tod@s l@s cyran@s que son capaces de poner un poco de magia en un mail que nos alegre el día! 

¡Feliz lectura, amigos!

enero, 2014 © chelopuente


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Margarita, un cuento-poema.


ruben dario
 
 
 
 
 
Hoy, que Google nos recuerda que se cumple el 146 aniversario del nacimiento del poeta nicaragüense Rubén Darío, máximo representante del Modernismo literario, le recuerdo con este cuento-poema o poema-cuento infantil, que dedicó a la hija de cinco años del médico Luis H. Debayle Margarita, y que a mí me trae buenísimos recuerdos.
 
 
 
 
 

Margarita

Margarita está linda la mar,
y el viento,
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar;
tu acento:
Margarita, te voy a contar
un cuento:

Esto era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha de día
y un rebaño de elefantes,
un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita, como tú.

Una tarde, la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.

La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla
y una pluma y una flor.

Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.

Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.

Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
más lo malo es que ella iba
sin permiso de papá.

Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.

Y el rey dijo: «¿Qué te has hecho?
te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho
que encendido se te ve?».

La princesa no mentía.
Y así, dijo la verdad:
«Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad».

Y el rey clama: «¿No te he dicho
que el azul no hay que cortar?.
¡Qué locura!, ¡Qué capricho!…
El Señor se va a enojar».

Y ella dice: «No hubo intento;
yo me fui no sé por qué.
Por las olas por el viento
fui a la estrella y la corté».

Y el papá dice enojado:
«Un castigo has de tener:
vuelve al cielo y lo robado
vas ahora a devolver».

La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el Buen Jesús.

Y así dice: «En mis campiñas
esa rosa le ofrecí;
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí».

Viste el rey pompas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.

La princesita está bella,
pues ya tiene el prendedor
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor. 

Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento. 

Rubén Darío 1867 – 1916
 
Chelo Puente – enero, 2013