La librería de Chelo

Este es el blog de Chelo Puente, donde descubrirás algo sobre mí a través de las palabras escritas y leídas.


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Esperanza


javier aguilellaHoy nos estrenamos
en el primer miércoles de poesía del año
con un poema del poeta ondense

JAVIER AGUILELLA

que he escogido de su blog
http://amarneceres.blogspot.com.es/
que os recomiendo visitar, porque
sé que disfrutareis de sus versos.

ESPERANZA

Me apropié del cielo y los planetas,
del mar, del acantilado de tu boca.
Hice míos al sol y las mareas,
todas las migas de pan
y los pájaros que sobrevolaban
el pueblo en primavera.
Hice el amor con un banco,
en una plaza.
Abracé, sin vergüenza,
una carta de amor abandonada.
Levanté poco polvo
pisando con fuerza la explanada.
Quise ser el dueño de todo
y sólo pude ser dueño de nada.
 
Hoy
todo lo que tuve
lo tengo atrapado en mi ventana.
Con la esperanza
que pases,
me mires,
y te des cuenta
que tu nostalgia

también anda un poco estropeada. 

Javier Aguilella – Onda (Castellón), 1970

enero, 2014 © chelopuente


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Trompe-l’oeil


ventana con firma

Dicen que cuando la vida te cierra una puerta,

el destino te abre una ventana,pero no siempre es así,

porque hay veces en que la ventana es falsa

ya que es lo que en arquitectura se llama un trompe-l’œil,

que en castellano se traduce como un engaño del ojo.

 

julio, 2013 © chelopuente


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Cristal


Comenzamos el mes de junio con un magnífico poema del poeta

JAVIER AGUILELLA

CRISTAL

Te esconderás detrás de un cristal
para mostrarme,
la silueta que te invade
cuando bailas.
chica cristalTe podré ver tan solo en sombras
mientras el vidrio
se irá empapando de suspiros.
Desplegarás el telón
para ocultarte,
para que mi imaginación
no te ande tan deprisa.
Entonces te volverás caserón
en mis dibujos
y sólo podré sentarme
en tu cornisa.
Te esconderás detrás de un cristal
para mostrarme,
la silueta que te invade
cuando bailas.
Lanzaré una piedra
contra el tiempo
y te fabricaré una canción
con tus palabras.

-Javier Aguilella-


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Añorando los viejos tiempos.


ventana

Querido amigo:

Hace tiempo que no te escribo un email porque no tenía nada importante que contarte, pero hoy, hoy si que tengo una cosa superimportante.

Verás… Estaba yo el otro día con una amiga mía y me contaba una cosa que le pasó una noche con su marido… ya verás, ya…

Después de cenar estaban ellos dos sentados en el salón. Ella leía una novela, él tenía la mirada perdida en algún punto inexacto del jardín a través de la ventana, con una actitud soñadora.

– ¿Sabes cariño? -dijo el marido. ¡Cómo añoro los viejos tiempos!, cuando tenía 30 años. Aquellos en los que vivía en un apartamento cutre, con unos muebles cutres, comía en restaurantes cutres y tenía un coche cutre de tercera mano, pero cada noche me llevaba a la cama a una rubia delgada, escultural, joven y diferente. Ahora vivo en una magnífica casa con jardín, con unos muebles de diseño, como en los mejores restaurantes y tengo uno de los coches más lujosos del mercado, pero… cada noche me acuesto con la misma mujer de más de 50 años y con un poco de sobrepeso. ¡Ay, no sé si me comprendes!

– Claro que te comprendo, querido -contestó mi amiga, que es muy comprensiva. Claro que comprendo que añores los viejos tiempos. Por éso te digo sal, ve a buscar y llévate a la cama cada noche a una rubia delgada, joven, escultural y diferente, y no te preocupes de nada más, porque yo me encargaré de que vuelvas a tener un apartamento cutre, con unos muebles cutres, vuelvas a comer en restaurantes cutres y a tener un coche cutre.

El marido, amigo mío, ante la comprensión desmedida de su mujer, calló sin saber qué responder y salió a dejar la basura. Mi amiga siguió leyendo su novela, con la satisfacción de saber lo bien que comprendía a su marido.

Otro día te cuento más cositas, sí?

Mil besos,

Chelo Puente – febrero, 2013