Fundada en fecha emblemática donde las haya – 14 de abril de 1931- por Ramon Mallafré Conill, la Llibreria Canuda ha sido -durante más de 80 años- un referente cultural en Barcelona.
En sus más de 600 metros cuadrados, se mostraban más de 200.000 libros, en esta librería que sus propietarios definían como «de lance», término que puede traducirse como de segunda mano, de ocasión, anticuaria, de viejo… lo mismo da. Lo bueno era que en esta magnífica librería se podía encontrar todo tipo de libros; caros y baratos, antiguos y modernos, raros y curiosos.
Además, este gran local no sólo se dedicaba a la venta de libros, sino que durante algunos años, también se celebraban subastas de cuadros -los sábados por la tarde- en la sala posterior del local, presidida por un busto de Cervantes. Tanto es así que -hasta su cierre- el rótulo de la entrada decía Sala de arte Canuda. Allí se subastaba pintura figurativa de los artistas noveles locales.
Originariamente su nombre era Librería Cervantes, pero poco a poco se fue convirtiendo en la Llibreria Canuda, por estar en la calle Canuda, de Barcelona y porque sus clientes y visitantes así la llamaban, y con ese nombre se quedó.
Durante muchos años fue punto de encuentro y de visita de cualquier amante de los libros que recorriera una ruta literaria, pero si a eso le añadimos que -al parecer- fue la inspiración de Carlos Ruiz Zafón para el cementerio de libros de su novela La sombra del viento, la convirtió en lugar de peregrinaje.
Sin embargo, un fatídico día de noviembre de 2013, su actual dueño -hijo del fundador- Santiago Mallafré se despedía con estas triste palabras: «Voy a cerrar el próximo 22 de noviembre, a las ocho de la tarde», porque lo que no consiguió ni siquiera la Guerra Civil, lo ha conseguido el dinero, y es que el propietario del local se lo alquilaba a una tienda de moda juvenil por un precio tan elevado que la librería no podía igualar.