El 28 de mayo de 1925, moría en Madrid
el poeta, ensayista y escritor mexicano
FRANCISCO de ICAZA
del que este miércoles os dejo un poema,
que es una preciosa reflexión sobre el tiempo,
el pasado y el que está por venir.
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LAS HORAS
¿Para qué contar las horas de la vida que se fue, de lo porvenir que ignoras? ¡Para qué contar las horas! ¡Para qué!
¿Cabe en la justa medida aquel instante de amor que perdura y no se olvida? ¿Cabe en la justa medida del dolor?
¿Vivimos del propio modo en las sombras del dormir y desligados de todo que soñando, único modo de vivir?
Al que enfermo desespera, ¿qué importa el cierzo invernal o el soplo de la primavera, al que enfermo desespera de su mal? ¿Para qué contar las horas? No volverá lo que se fue, y lo que ha de ser ignoras. ¡Para qué contar las horas! ¡Para qué!. . .
Por si nos espera un intenso día de trabajo,
y mientras llega el nuevo día,
nos regalaremos, en este miércoles de poesía,
unos minutos para deleite del espíritu,
adentrándonos en la fascinante magia de la poesía
con este poema de
Juan Manuel González Zapatero
mientras poco a poco va amaneciendo.
Poema de su breve, pero intenso poemario Sea de ello lo que fuere.
AMANECER
En la penumbra de la habitación los perfiles callados de las cosas poco a poco se van insinuando con sus lentos volúmenes de animales que duermen.
Las sábanas, antes de ser blanquísimas, muestran sus tonos azulados a la noche que pasa.
Por la ventana abierta, las siluetas de algunos edificios, con las luces aquí y allá desperdigadas de gente que ha velado, se yerguen como plantas que esperan la llegada de la luz en la estación del día.
Algunas nubes flotan como furgón de cola. Y de súbito salen los primeros rayos, pintando el horizonte de suaves aureolas sobre las sombras que se esfuman, y a lo lejos los montes que renacen, y en el cuarto, los claros que ya anuncian, rendido al gran instante, el milagro que viene.
Casi se siente la explosión de luz. Y de pronto tu cuerpo…