La librería de Chelo

Este es el blog de Chelo Puente, donde descubrirás algo sobre mí a través de las palabras escritas y leídas.


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Rita Levi-Montalcini


   Dice una buena amiga mía, que a medida que vamos cumpliendo más años, cada vez es más difícil encontrar ídolos a los que aferrarse, personas a las que admirar profundamente, pero que no es imposible, y prueba de ello (y de que estoy absolutamente de acuerdo con ella) es la figura de Rita Levi-Montalcini, de la que he estado releyendo una de las entrevista (que me ha enviado esta amiga), que le hicieron el pasado año, con ocasión de su centésimo cumpleaños.

  Rita Levi-Montalcini, nació en Turín (Italia) en 1909. De origen sefardí, padre ingeniero y madre pintora, pronto supo lo que quería hacer y lo que no estaba dispuesta a hacer. Fue educada en el más puro estilo victoriano, y se opuso con determinación a su padre, que deseaba verla convertida en una buena esposa y madre. Era solo una adolescente, cuando ya tenía muy claro que ella no quería repetir el modelo de su madre, sometida al dominio del padre. Así pues, haciendo caso omiso a su padre de no estudiar, se matriculó en la Facultad de Medicina de Turín en 1930 y se licenció en 1936, doctorándose en Neurocirugía. Pronto, la subida al poder de Mussollini, la obligó a abandonar Italia antes de que los alemanes descubrieran su ascendencia judía.

  Sus trabajos de investigación sobre el cerebro humano, y el descubrimiento, en 1942, del Factor del Crecimiento Nervioso (NGF) le proporcionaron el Premio Nóbel de Medicina en 1986, además de otros prestigiosos premios de diferentes Universidades.

  Ella defiende científicamente que el talento no tiene sexo, que las funciones cognitivas del cerebro de hombres y mujeres, son idénticas; aunque sí son diferentes, en el cerebro de hombres y mujeres, las funciones cerebrales relacionadas con las emociones, por estar vinculadas al sistema endocrino.

  Cada vez que le preguntan por qué sigue habiendo pocas científicas, ella contesta con energía que no es cierto, que muchos de los hallazgos científicos atribuídos a hombres, los hicieron realmente esposas o hijas, y cuando leo esta enérgica afirmación, vienen a mi memoria los nombres de Camille Claudel, a la sombre de Auguste Rodin; o el de Frida Kalho, a la sombra de Diego Rivera, cuyas obras les fueron reconocidas después de muertas.

El día 22 de abril de 2009, Rita Levi-Montalcini cumplió 100 años y cuando le preguntaron si tenía algún deseo, ella dijo… cuando ya no pueda pensar, quiero que me ayuden a morir con dignidad. Mientras tanto, su cerebro sigue activo, estimulado y siendo un ejemplo a seguir y un espejo en el que mirarse mujeres y hombres. También dice que la clave, para mantener activo el cerebro, está en mantener vivas las curiosidades, los empeños, los sueños y las pasiones, y yo estoy totalmente de acuerdo con ella en que ésas son las claves de la eterna juventud, de esa juventud a la que no le importan las arrugas físicas. Y estos pensamientos son los de esta mujer centenaria que tiene dificultades de audición y de visión, pero con una claridad mental fascinante, y con unas ganas encomiables de seguir ayudando a los demás.

Releer la trayectoria de Levi-Montalcini, ha provocado que me reconcilie con la especie humana, donde además de cerebros malvados, existen cerebros como el de Rita que hace que cada día me sienta orgullosa de ser mujer… y que hoy, también piense esperanzada… ¡¡no está todo perdido!!

¡¡ Gracias Rita Levi-Montalcini porque un día te revelaste para poder conseguir tu sueño !!

2011©Chl