La librería de Chelo

Este es el blog de Chelo Puente, donde descubrirás algo sobre mí a través de las palabras escritas y leídas.


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Una noche de Réquiem


palau musicaYa conocía su interior pero en aquel momento, no tuve el tiempo suficiente para sentarme a admirar con detenimiento cada uno de sus detalles. La sala es majestuosa, con un techo lleno de mosaicos, y una claraboya de vidrios de colores que hace las veces de lámpara, ilumina todo el techo, dotándola de una luz mágica. La procesión de las walkirias y la representación de las musas completan la decoración.

El programa no podía ser mejor, todo dedicado a Mozart. De aperitivo la Obertura de Las Bodas de Fígaro, y la Sinfonía nº 40 completaban la primera parte. Un descanso de 20 minutos y comenzaría el Réquiem, acontecimiento que me tenía un poco nerviosa porque eran muchos años los que llevaba deseando escuchar el Réquiem de Mozart, precisamente allí, en la gran Sala de Conciertos del Palau de la Música Catalana… era una de mis asignaturas pendientes.

A los pocos minutos de comenzar el Réquiem, su música me fue envolviendo, penetrando no solo por los oídos, sino también por cada poro de la piel hasta invadirme el alma. El pulso se aceleraba, el corazón dejaba su ritmo anodino para latir con mayor intensidad, entonces es cuando supe que estaba a punto de comenzar el Dies Irae, y que ya sería imposible recuperarme hasta el final. Pero aún, el pulso puede acelerarse más cuando llega el Confutatis, ese canto que comienza con voces masculinas para dar paso a las voces femeninas, terminando en una sola voz que precede la parte más dolorosamente bella que jamás se haya escuchado, el Lacrimosa, entonces el alma se eleva, se invade de tristeza, de dolor y crees que esta vez no serás capaz de contener las lágrimas.Durante esos escasos tres minutos el alma se inunda de música, la mirada se nubla y no existe nada más que tú y tu emoción desbordada.

El acontecimiento no pudo ser más fascinante, las notas flotaban en perfecta armonía envolviéndonos durante el tiempo que duró, y así lo demostraron un Palau en pie, que provocó un bis.

En fin, una asignatura pendiente, superada con matrícula de honor, y por fin, un sueño más cumplido… y ahora, después de esta primera vez… quiero volver, quiero más y así ha sido.

diciembre, 2010 © chelopuente