La librería de Chelo

Este es el blog de Chelo Puente, donde descubrirás algo sobre mí a través de las palabras escritas y leídas.


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Celo, cielo


rae

 

 

Querido amigo,

Acudo a ti atribulada y confusa en busca de tus sabios consejos, y es que siempre ando a vueltas con mi nombre.

Ya sabes que desde que era niña, me viene ocurriendo lo mismo, y es que hay personas que tienen dificultad en recordar que mi nombre es Chelo (de Consuelo) y no Charo (de Rosario). Es por ésto que cuando era una cría pequeña ya no me quería llamar Chelo, porque la gente se confundía y porque además, ninguna niña se llamaba así. No había nadie que se llamara Chelo, ni siquiera Consuelo, bueno, Consuelo sí, Consuelo se llamaba la tata, pero para mí, entonces, la tata se llamaba Tata. Por éso, yo me quería llamar Maripili, como las demás niñas.

Te sigo contando para ponerte bien al corriente. El otro día me encontré con una chica que conozco y tiene un hijo de 6 años, que, ves tú, ¡siempre me llama Charo!. No, la mamá no, el niño, que veo que te estás liando. Pues después de que la mamá le corrigiera varias veces, al marcharse diciéndome adiós con su manita, me dijo ¡adiós, CHALO!, y claro, ¿qué puedo hacer ante ésto?.

Si a éso le unes que, ahora la RAE se ha empeñado en eliminarme la inicial «ch» pues entonces, que seré ¿CELO?. No sé que piensas tú, pero a mí me resulta un poco soso y un tanto pegajoso. El otro día me decían que podía sustituir la «h» por una «i», sería CIELO, pero yo no lo veo claro, me resulta pretencioso para mí, de naturaleza sencilla.

Pues ya ves, este es mi problema y mi duda es otra vez la misma ¿crees que debería cambiarme el nombre?. Si lo crees así, pienso que ya Maripili, a mi edad, no me va. Yo había pensado otra vez en Lorelayescalatta, sencillo a la par que elegante, por empezar a ser un poco glamurosa, pero no sé qué piensas tú.

Quedo a la espera de que me envíes un poco de luz que me ilumine.

Besitos.


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Poema 14


Pablo Neruda - 1904-1973

Pablo Neruda – 1904-1973

Porque también en otoño
quiero hacer contigo
lo que la primavera hace con los cerezos.

Y para ello,
nada mejor que recurrir a los versos del gran

PABLO NERUDA

en este primer miércoles de octubre.

POEMA 14

Juegas todos los días con la luz del universo.
Sutil visitadora, llegas en la flor y en el agua.
Eres más que esta blanca cabecita que aprieto
como un racimo entre mis manos cada día. A nadie te pareces desde que yo te amo.
Déjame tenderte entre guirnaldas amarillas.
Quién escribe tu nombre con letras de humo entre las estrellas del sur?
Ah déjame recordarte cómo eras entonces, cuando aún no existías.

De pronto el viento aúlla y golpea mi ventana cerrada.
El cielo es una red cuajada de peces sombríos.
Aquí vienen a dar todos los vientos, todos.
Se desviste la lluvia.

Pasan huyendo los pájaros.
El viento. El viento.
Yo sólo puedo luchar contra la fuerza de los hombres.
El temporal arremolina hojas oscuras
y suelta todas las barcas que anoche amarraron al cielo.

Tú estás aquí. Ah tú no huyes.
Tú me responderás hasta el último grito.
Ovíllate a mi lado como si tuvieras miedo.
Sin embargo alguna vez corrió una sombra extraña por tus ojos.

Ahora, ahora también, pequeña, me traes madreselvas,
y tienes hasta los senos perfumados.
Mientras el viento triste galopa matando mariposas
yo te amo, y mi alegría muerde tu boca de ciruela.

Cuanto te habrá dolido acostumbrarte a mí,
a mi alma sola y salvaje, a mi nombre que todos ahuyentan.
Hemos visto arder tantas veces el lucero besándonos los ojos
y sobre nuestras cabezas destorcerse los crepúsculos en abanicos girantes.

Mis palabras llovieron sobre ti acariciándote.
Amé desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado.
Hasta te creo dueña del universo.
Te traeré de las montañas flores alegres, copihues,
avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos.

Quiero hacer contigo
lo que la primavera hace con los cerezos.


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My name is…


 

Querido amigo,
 
Hoy que tengo un ratín, te escribo para contarte una cosa, a ver a ti qué te parece. Resulta que hace dos años estuve en Barcelona… ya sé que no fui a verte, ni te llamé, ni nada, pero es que iba con muy poco tiempo, porque fui a un asunto de trabajo. Fíjate si fui con poco tiempo que ni siquiera pasé por Passeig de Gràcia, que sabes que me gusta mucho… no, no sólo por las tiendas de allí, que tú crees que soy una frívola que sólo pienso en las tiendas, que te lo digo porque ni siquiera fui a ver lo que tanto me gusta, ya sabes, la Casa Batlló. Bueno, y ahora que lo pienso, cómo iba a ir a verte si entonces no existías, sí, ya sé que tienes una edad y que ya habías nacido hace dos años, pero me refiero a que no existías para mí, porque tú estabas a tus cosas y yo a las mías y cada uno en su sitio, y no nos habíamos encontrado.
 
Pero, ahora, sin entretenerme te voy a contar lo que me pasó. Como te decía, fui a un asunto de trabajo. Una editorial de Barcelona me invitó a una fiesta que le hacía a un escritor escocés, que publica con ellos y le habían dado un premio. Era un cóctel en ese hotel que es tan alto y que desde el restaurante se ven unas preciosas vistas, sí, es que no me acuerdo del nombre, pero tú ya sabes el que te digo ¿no?.
 
Pues estábamos todos allí charlando en el cóctel, y nos regalaron un ejemplar de su último libro para que nos lo dedicara, así que una persona de la editorial nos le iba presentando y le iba diciendo el nombre al autor, para que nos dedicara el libro, así que cuando me tocó a mí, me presentó…
 
She’s from Madrid. Her name is Chelo… -me presenta.
– Wow! beautiful name… skyyyyy… -dice el escritor.
– No no noooo… no sky!!!… Chelo… csi, eich, i, el, ou – le deletreo.
– Ops! it’s ok.
 
Vale, tampoco es para que te rías tanto, que te lo cuento para ver a ti qué te parece, no para que te rías. Ya sé lo que me vas a decir, que sky en inglés quiere decir cielo, y que es bonito, pero, no sé… a mí me sonó a nombre de detergente ¿no crees?, pero claro, fue muy divertido.
 
Bueno, ahora te dejo, que tengo mucho que hacer. Ya te escribo otro día… Que sí, que ahora que vivo en Barcelona te llamaré, cómo no te voy a llamar, que tienes unas cosas…
 
Besitos,

Chelo Puente, julio 2012