Querido amigo,
Acudo a ti atribulada y confusa en busca de tus sabios consejos, y es que siempre ando a vueltas con mi nombre.
Ya sabes que desde que era niña, me viene ocurriendo lo mismo, y es que hay personas que tienen dificultad en recordar que mi nombre es Chelo (de Consuelo) y no Charo (de Rosario). Es por ésto que cuando era una cría pequeña ya no me quería llamar Chelo, porque la gente se confundía y porque además, ninguna niña se llamaba así. No había nadie que se llamara Chelo, ni siquiera Consuelo, bueno, Consuelo sí, Consuelo se llamaba la tata, pero para mí, entonces, la tata se llamaba Tata. Por éso, yo me quería llamar Maripili, como las demás niñas.
Te sigo contando para ponerte bien al corriente. El otro día me encontré con una chica que conozco y tiene un hijo de 6 años, que, ves tú, ¡siempre me llama Charo!. No, la mamá no, el niño, que veo que te estás liando. Pues después de que la mamá le corrigiera varias veces, al marcharse diciéndome adiós con su manita, me dijo ¡adiós, CHALO!, y claro, ¿qué puedo hacer ante ésto?.
Si a éso le unes que, ahora la RAE se ha empeñado en eliminarme la inicial «ch» pues entonces, que seré ¿CELO?. No sé que piensas tú, pero a mí me resulta un poco soso y un tanto pegajoso. El otro día me decían que podía sustituir la «h» por una «i», sería CIELO, pero yo no lo veo claro, me resulta pretencioso para mí, de naturaleza sencilla.
Pues ya ves, este es mi problema y mi duda es otra vez la misma ¿crees que debería cambiarme el nombre?. Si lo crees así, pienso que ya Maripili, a mi edad, no me va. Yo había pensado otra vez en Lorelayescalatta, sencillo a la par que elegante, por empezar a ser un poco glamurosa, pero no sé qué piensas tú.
Quedo a la espera de que me envíes un poco de luz que me ilumine.
Besitos.