Hoy celebramos este miércoles de poesía con un poema de
JULIE SOPETRÁN
porque venimos de la noche y hemos despertado entre versos.
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DESPERTAR
Hoy vengo de la noche de un sueño interminable; de la sombra que bulle en las manos del viento cual si fuera un milano fracturado de besos soplado por el hálito del destino fugaz…
Hoy vengo de aquel tacto de luz, desvanecida que oscila entre los guiños de andaduras solares cuando, en amanecida el destello es halago que deja en la mirada su tacto de aguacero…
Esta pasada semana nos dejaba la escritora y poeta
ANA MARÍA MOIX
y este miércoles de poesía, la recuerdo.
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ANDANDO EL TIEMPO
Andando el tiempo se verán las caras, esos que gritan por las esquinas viva la revolución. Degeneramos, compañeros. Preguntad al mozo de telégrafos si le gusta la
historia de Rossy Brown.
Rossy partió bajo la luna, una noche de fiesta en casa de Míster Brown. Un caballero la envolvió en su capa y a sus sueños la llevó.
Regresó luego, triste y perdida, y a los pies de la mamá sollozó: Yo no sabía qué me decía aquella noche, verbena de San Juan, cuando dije estoy cansada y tengo sueño, mañana ya os veré. Tengo una herida y un hijo muerto. Sólo su capa Jim me dejó. Era mi dueño, y aunque lo digan, Jim nunca fue salteador.
Lo saben Rossy y la cocinera que en el ajo estuvo en la ocasión: Jim vuelve siempre. De madrugada su canción canta a las muchachas de negros ojos y dulce voz:
Un amor tiene cualquiera pero Dulce Jim, no.
Y es que el mozo de telégrafos está enamorado, y no sabe qué hacer para que la hija de la portera entienda que no es muchacho del montón.
Si este miércoles está siendo buenísimo… ¡¡Enhorabuena!!. Si está siendo normalito…
Sólo es otro día de tantos. Pero… Si tu día está siendo realmente malo, te regalo mi remedio para aliviarte…
Refúgiate en la poesía, te aligerará el peso. Por eso, te dejo este poema de
Kepa Murua Zarauz, 1962
de su poemario Poesía sola, pura premocición.
Es para ti, solo para ti…
EL PESO
Os diré que mis manos nada nuevo han cogido. Pero al menos encontré un libro blanco donde puedo juntar mis palabras por la noche. Mis ojos el mar no vieron, pero navegué. Mi cuerpo jamás venció, pero fui vencido donde nadie se atreve a reconocerlo. Tras pedir perdón, amé como un loco. Tras hacerlo como se reconocen los errores donde no corre el paso del tiempo. Mi cuerpo que vio como marcaban a otros. Mis ojos que sintieron un mar helado donde no había mapas para saberlo. Siempre soñé con un viaje lejano en el que encontrara la felicidad perdida. Pero encontré otros ojos con lágrimas. Otros secretos inconfesables que no merece la pena reconocer cuando la vida marca a todos con su incierto peso. ¿Sentiste el alivio…?
Un magnífico poema sobre como afrontar el pasado, ahora que viajamos juntos.
FAROS EN LA NOCHE
Intento seducirte en el pasado. Las manos al volante y esta luz de club nocturno del tablier me dejan -fantasía invernal- bailar contigo. Detrás de mí, igual que un gran camión, el mañana hace ráfagas de luces. No lo conduce nadie y me adelanta, pero ahora tú y yo viajamos juntos y el coche puede ser el dos caballos de los años sesenta hacia París. «Je ne regrette rien» canta Edith Piaf. Bajo la ventanilla, entra la noche fría de la autopista, y el pasado se aproxima de cara, velozmente: cruza y me ciega sin bajar las luces.