La librería de Chelo

Este es el blog de Chelo Puente, donde descubrirás algo sobre mí a través de las palabras escritas y leídas.


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El alma


cielo

Hoy he acudido a los versos de la gran poeta y amiga

MARÍA G. VICENT

con un poema que hoy le quiero dedicar a una persona muy apreciada por mí,
que nos ha dejado demasiado joven, en una noche mientras el cielo se poblaba de estrellas.
En el recuerdo quedan las temporadas de conciertos de música clásica, las cenas de después, las conversaciones,
alguna tarde de cine, las comidas del día de Reyes, los fines de semana de intercambio de niños
y otras cosas más, que vivimos mientras éramos más jóvenes.

 

EL ALMA

Mañana naceré, hoy se muere el alma.
Mis ojos descubren la senda trazada
en un largo año lleno de nostalgia.
Nostalgia de un sueño y vidas pasadas.
Mañana naceré, hoy no queda nada.
Mi boca se cierra, sedienta, cansada
de falsas promesas, de besos de agua,
de caricias locas y sonrisas vanas.
Mañana naceré, hoy no queda nada.
Mis manos abiertas buscan la mañana.

La vida, la luz, la pasión, la calma.
Mañana naceré,
nacerá mi alma.

¡Buen viaje, mujer valiente, que el universo te acoja!

 

 


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Cuéntame como vives


GabrielCelaya1

En este último miércoles del mes de octubre,
os regalo un poema
del gran poeta guipuzcoano

GABRIEL CELAYA

aquel que fuera compañero del también poeta
Federico García Lorca, en la Residencia de Estudiantes cuando estudiaba ingeniería.

CUÉNTAME COMO VIVES

Cuéntame cómo vives;
dime sencillamente cómo pasan tus días,
tus lentísimos odios, tus pólvoras alegres
y las confusas olas que te llevan perdido
en la cambiante espuma de un blancor imprevisto.

Cuéntame cómo vives.
Ven a mí, cara a cara;
dime tus mentiras (las mías son peores),
tus resentimientos (yo también los padezco),
y ese estúpido orgullo (puedo comprenderte).

Cuéntame cómo mueres.
Nada tuyo es secreto:
la náusea del vacío (o el placer, es lo mismo);
la locura imprevista de algún instante vivo;
la esperanza que ahonda tercamente el vacío.

Cuéntame cómo mueres,
cómo renuncias —sabio—,
cómo —frívolo— brillas de puro fugitivo,
cómo acabas en nada
y me enseñas, es claro, a quedarme tranquilo.

Gabriel Celaya – Hernani, 1911 – Madrid, 1991

octubre, 2013 © chelopuente


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César debe morir.


Título: César debe morir. 
Título original: Cesare deve morire.
Dirección: Paolo y Vittorio Taviani
Intérpretes: presos de la cárcel de Rebibbia, en Roma
Producción: Italia, 2012.
Estreno en España: 23.11.2012

Hoy estrenamos una nueva sección del blog que he llamado Noches de cine, donde encontrareis comentarios de las películas que vaya viendo y que merezcan un comentario por la sensación que me hayan causado.

Así pues, inauguro la sección con la estrenada ayer de los octogenarios hermanos Taviani César debe morir, que yo definiría como un drama clásico dentro de un drama real.

En la cárcel de alta seguridad de Rebibbia, cerca de Roma, se prepara la interpretación teatral de la obra de Shakespeare, donde los actores serán los propios presos, como lo son también en la película. A lo largo de los ensayos, se avivarán las pasiones shakespearianas y se entrelazarán con las propias pasiones humanas de los presos y sus pasados llenos de odios, traiciones y muertes, y que irán aflorando a lo largo de los ensayos.

Rodada en blanco y negro casi en su totalidad, las luces y las sombras acentúan el drama humano y nos mantienen en tensión durante toda la proyección, como ya hicieran los Taviani en la mítica Padre padrone, en 1977.

Justamente ganadora del Oso de Oro en la pasada Berlinale, es una película que creo que hay que ver, para seguir admirando la tenacidad y el trabajo de estos dos ancianos de mente creadora.

Ahora, ya sólo me queda hacer una reflexión. Si bien César sigue muriendo a manos de Bruto, aquí lo hace a manos de un hombre que carece de libertad. Unos hombres a los que el arte libera, o quizás ¿acentúa su condena?  como de forma magistral expresa uno de los actores al llegar a su celda, en una frase final… «Desde que he conocido el teatro, mi celda se ha convertido en una cárcel».

¡Buen cine, amigos!

2012 © chelopuente