Qué bonito es el miércoles si es de poesía, y aún lo es más si lo recibimos con los versos de nuestra querida amiga y poeta
MARÍA G. VICENT
porque nadie como ella es capaz de plasmar una ruptura de forma tan
pausada, optimista y bella, pero también con la rotundidad y tristeza,
como lo hace en este poema.
POEMA INACABADO
Emprenderé el vuelo vestida con el recuerdo de un instante que nunca existió. Más allá del recuerdo tatuado en mi piel, más cercana a las voces de mi propio destino. Alcanzaré mi futuro en alas del viento que impulsa lo mejor de mis sueños. En la soledad más absoluta, te olvidaré sin lágrimas. Porque… tú te fuiste y te llevaste los últimos versos de nuestro poema.
Una semana más nos encontramos con otro miércoles… de POESÍA y hoy nos acercamos a ella a través de un poema reciente de nuestra querida
MARÍA G. VICENT
un poema que, como nos tiene acostumbrados, refleja un sentimiento que estos días nos aflora a todos los que vivimos, llenos de esperanza,
la primavera desde casa.
EL AIRE PROMETE PRIMAVERA
Sobre mí un cielo blanco, en mi piel, el aire promete primavera.
A mis pies las calles se abrazan en su soledad dibujando senderos que no conocen destinos.
En las ventanas, como ojos curiosos las cortinas aletean preservando los secretos.
Mientras los abrazos viajan en alas del pensamiento buscando otras ausencias.
Y las mentes, las mentes, precisan tatuarse los recuerdos en este mundo de cantos de sirena.
Todo es silencio en un paisaje que busca con anhelo encontrar un sentido.
¿Por qué mi esperanza se hace añicos, en un aire que promete primavera?
MIENTRAS LA VIDA SOÑABA es una conexión con lo más profundo del alma de la escritora. Es un viaje introspectivo hacia las emociones que se desnudan en cada uno de los versos.
A través de esa emoción que surge de la pasión de su lírica, la poeta nos regala sus palabras y sus versos.
La naturaleza, el amor, el desencanto, la soledad, el miedo, la ternura y la tristeza van desfilando ante nuestros ojos mientras fluyen las emociones. Y ese estado emocional es al que quiere llevarnos la autora que contempla, como una espectadora privilegiada, mientras pasa la vida.
Tuve el privilegio y el placer de asistir a la presentación de este poemario, que tuvo lugar en febrero pasado en Barcelona, en la Librería Alibri, y en cuya presentación incluso colaboré muy gustosamente. Ya dije aquella tarde que se trata de un poemario dedicado al AMOR, como ya se indica en el prólogo, a un amor con mayúsculas, porque se trata de un canto al amor a la vida, esa que tratamos de vivir con la máxima intensidad y en ella, como en el libro, nos encontramos con todos los sentimientos posibles y que María G. Vicent nos expresa a través de sus poemas.
Podemos encontrarnos con la nostalgia en el poema Deja que el mar; con la fuerza combativa que mueve nuestra conciencia en Porque ya es tiempo; con el miedo que nos deja un halo de esperanza en Miedo; con la musicalidad de esas felices tardes de verano junto al mar en Tiempo de cerezas; con el dolor y la tristeza que nos estremece en Mi dolor; con la culminación de la vida enLa espera y el mar, esa vida que vamos viviendo mientras se van cumpliendo nuestros sueños, un poema que posee una cadencia especial y que a mí me parece muy lorquiano; con… podría seguir con cada uno de ellos pero no lo voy a hacer, porque quiero que seáis vosotros quienes los vayáis descubriendo.
Por último sólo quiero deciros que este pequeño libro es un gran poemario, porque cada uno de sus poemas, cada uno de sus versos constituyen en sí mismo la explosión de un sentimiento, de toda esa intensidad que María G. Vicent sin duda ha sentido al escribirlos.
No dejéis de leerlo, no dejéis regalarlo, no dejéis de tenerlo a mano para leer un poema en cualquier momento, porque se trata de una poesía que te llega y a la que ni debéis ni podéis renunciar.
Si queréis adquirirlo lo podéis pedir en vuestra librería y también lo podéis conseguir a través de Amazon, tanto en papel como en digital.
La fragilidad de las ipomeas es la primera novela publicada de María G. Vicent, aunque no es su primera obra, que fue un conjunto de relatos reunidos bajo el título En clave de Pasión desde Marylebone y del que ya os puse mi comentario.
Tras pasar por una experiencia muy dolorosa en sus vidas, Miriam y Sergio se trasladan a vivir a Londres, con motivo por un ascenso profesional de Sergio. Entre ellos sigue existiendo amor, pero un amor que se va distanciando al tiempo que el azar pone en el camino de Miriam a Simone, un gran empresario italiano que dará un giro a la vida de la protagonista.
María G. Vicent
Los que somos seguidores del blog de María G. Vicent estamos acostumbrados a leer los microrrelatos que publica en él y a través de ellos nos va mostrando esa sensibilidad tan especial que tiene en el uso de la palabra.
Pues bien, en La fragilidad de las ipomeas esa sensibilidad se cuela entre los pliegues de Miriam, su personaje principal. Pero en Miriam también encontramos a esa mujer delicada pero fuerte, sensible pero firme en sus convicciones y en el deseo de vivir el amor en toda su intensidad. De ella destacaría su honestidad en el amor, tanto con Sergio como con Simone que le lleva a anteponerla por encima de todo, incluida su propia felicidad.
Una novela intimista y llena de matices, con unos personajes esplendorosos que van enriqueciendo la narración porque, como las estrellas, brillan con luz propia.
Os recomiendo muchísimo su lectura, no porque María sea amiga nuestra, sino porque la novela merece toda nuestra atención. La podéis adquirir en Amazon tanto en formato digital como en papel. Pero si queréis tenerla dedicada por la autora, no tenéis más que decírmelo y, como siempre, os la enviaré lo antes posible para que podáis disfrutarla.
Que me encantan los libros de relatos cortos, es algo con lo que convivo felizmente desde hace muchos años. Tienen la ventaja de la novela y la del cuento al mismo tiempo. Otra de las ventajas del libro de relatos es que puedes empezarlo por el final, por el medio, por el principio o por donde quieras, incluso puedes leer un relato hoy y otro dentro de unos días, porque no necesitan continuidad, o no leer ninguno más.
Sin embargo, eso no ocurre si tienes entre las manos En clave de pasión desde MarylebonedeMaría G. Vicent, porque cuando terminas un relato, estás deseando comenzar el siguiente y el siguiente, así hasta que acabas el libro, dejándote con las ganas de leer más.
María G. Vicent
Doce relatos escritos desde la observación de las reacciones de las personas. Es como si en cada relato viéramos reflejada una condición o una emoción del ser humano. La exaltación de la belleza en La casa de cristal; la amistad incondicional en Clara, esa amistad duradera por eterna, llena de encuentros y desencuentros, pero incondicional al fin y al cabo; conseguir ser la importante, aunque solo sea por un instante, es lo que le ocurre a la protagonista de La mediana; con Mamita, nos pasea un amor, que perdura a través de los años, por una casona de La Habana Vieja; y así uno tras otro nos regala un cúmulo de emociones en forma de relato, narrados con una prosa muy poética, lo que les confiere un aire casi de poema.
A estos relatos se le suman unos breves comentarios iniciales, que nos acarician con las sensaciones de lugares de una ciudad magnética como es Londres. Un Londres, visto, paseado, observado, disfrutado y vivido plenamente por la autora y que nos dejan una huella imborrable.
En definitiva, una lectura muy, pero que muy recomendable, si deseas disfrutar de la magia de las palabras.