La librería de Chelo

Este es el blog de Chelo Puente, donde descubrirás algo sobre mí a través de las palabras escritas y leídas.


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Me siento feliz


Librería Libritos - Málaga Foto © chelopuente

Librería Libritos – Málaga
Foto © chelopuente

Me siento feliz al descubrir que la Librería infantil Libritos ahora tiene un local mucho más grande; que ha celebrado su 30 aniversario; que en el sitio antiguo compraba libros infantiles para mis niños; que ahora en el nuevo, los compraré para mi preciosa nena; que está en un sitio ideal, en la plaza de la Judería, enfrente del Centro Ben Gabirol, en el corazón de la Judería; que ahora está aún mas cerca de casa; que les auguro grandes éxitos; que les seguiré siendo fiel; que los niños de mi familia y amigos seguirán teniendo libros suyos… Sí, sí, por todo esto me siento feliz.

2014 © chelopuente


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Librería Pepe Negrete. Málaga.


Fue en octubre de 1980 cuando visité Málaga por primera vez. Desde entonces, casi todos los años he pasado algunos días allí, porque -desde ese mismo momento- me enamoré de la ciudad, de sus lugares y de sus gentes.

Es por ello que, cada año -casi cumpliendo un ritual- me paseo por la calle Granada (zona peatonal) en plena judería malagueña; al lado del Museo Picasso; nada más atravesar la Plaza de la Merced, donde se encuentra la casa que vio nacer a Picasso y donde pasó su infancia correteando por sus callejuelas; enfrente de la Iglesia de Santiago con su campanario mudéjar; a los pies de la majestuosa gabirolAlcazaba; a la espalda de los jardines del poeta y filósofo judío Gabirol, que nació en Málaga, allá por el siglo X.

Pues bien, rodeada de todas estas joyas culturales, se encontraba la que un día fue la Librería Pepe Negrete, hoy -desde hace años- ya desaparecida, pero que fue durante años un lugar ineludible, un lugar en el que pasar un rato rodeado de la historia de la literatura.

Recuerdo como si fuera hoy las escapadas a su librería, en esas horas del final de la siesta en las tardes calurosas malagueñas, en las que, con un susurro decíamos… nos vamos a Pepe Negrete Allí, en el primer piso de esta pequeña casa-librería y sentado en su sillón de mimbre junto al balcón, encontrábamos a Pepe Negrete, siempre leyendo. Su aspecto reflejaba la humanidad del sabio, atesorador de muchas lecturas, poseedor de muchos años vividos. y de una gran cultura. Yo le conocí ya anciano, pero sé que fue un gran activista de la cultura en aquellos años sombríos del pasado.

Málaga - Agosto 2010 050La Librería de Pepe Negrete fue uno de los reductos culturales de la Málaga de los años oscuros del franquismo. Según me han contado, Pepe Negrete fue el gran conseguidor de libros prohibidos de la época, publicados en editoriales de Latinoamérica o en París; y su trastienda fue un lugar de encuentro para los intelectuales amantes de la cultura de aquella Málaga, de la que se decía que por cada mil tabernas, solo había una librería. Cuentan también, que su hemeroteca atesoraba cien años de publicaciones.

He rebuscado en mi biblioteca y he encontrado un libro que compré en su librería; es Fiesta, de Hemingway; lo abro y en su primera página encuentro estampado mi ex-libris y una nota que dice: Comprado en la Librería Pepe Negrete (Málaga) el 18 de septiembre de 1986.

En aquel momento, nada presagiaba que sería el último libro que compraría allí, porque, al año siguiente, cuando volví en otoño, la librería estaba cerrada… Pepe Negrete había muerto el 15 de octubre de 1987. Aún hoy, cuando paso por allí, me sigo parando delante de la fachada y levanto la vista hacia el balcón, y -a veces- me parece ver la silueta de Pepe Negrete sentado en su sillón de mimbre… leyendo, como siempre.

diciembre, 2013 © chelopuente


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A través del espejo…


 

Sólo llevo cinco horas de vacaciones, pero ya lo tengo todo preparado, así que decido irme para la estación, no vaya a ser que me pase como el otro día que tuve que correr para coger mi AVE. 

Tomo un taxi que me llevará hasta la estación. Parados en el siguiente semáforo se inició esta conversación:

– ¿Ya terminó sus vacaciones? -me pregunta el taxista.
– No, que va… si las empiezo ahora – le respondo.
– Ah, perdón, es que me pareció que las terminaba -me dice mirándome por el retrovisor.
– ¿Y éso?
– Porque tiene usted cara de tranquilidad, y generalmente la gente que empieza las vacaciones, tiene cara estresada.
– Supongo que pensar en unos días de vacaciones, me da tranquilidad.
– ¿Sabe usted? a través de este espejo, se ven muchas cosas.
– Ya imagino…
– Uno sabe enseguida, si la persona va a una reunión importante, si va de compras, si está triste, si viene de vivir un buen momento… muchas cosas se ven, por no decirle las cosas que me cuentan, que a veces me pienso que soy como un confesor…
– ¿Sabe?, mi abuela hubiera dicho que la cara es el espejo del alma -le digo con una sonrisa.
– ¡Ve!, además tiene usted una bonita sonrisa.
– Muchas gracias.

Chelo Puente, agosto 2011