La librería de Chelo

Este es el blog de Chelo Puente, donde descubrirás algo sobre mí a través de las palabras escritas y leídas.


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Contra el viento del norte


contra el vientoCONTRA EL VIENTO DEL NORTE

Daniel Glattauer

Edit. Alfaguara, 2010

Por una de aquellas casualidades que a veces ocurren, Leo Leike recibe un mail de una desconocida Emmi Rothner, solicitando darse de baja de una suscripción. A los pocos días recibe otro, reiterando la petición, por lo que Leo decide contestarla, con un mail ciertamente ingenioso, que pone al descubierto el error de Emmi, y hace que continúen escribiéndose.

A lo largo del tiempo, apenas conocen nada de sus vidas el uno del otro; Emmi es una diseñadora de páginas web, casada y con dos hijos; Leo es profesor de Universidad y acaba de concluir una relación estable, y ninguno de los dos quiere que el otro entre en su vida personal, no desean que su «intimidad» seaGlattauer invadida. Sin embargo, llegan a un nivel de intimidad en sus mails que solo es posible al sentirse a salvo, protegidos tras la pantalla de su ordenador. Mensajes ingeniosos, divertidos, irónicos, sarcásticos, sinceros, íntimos y algunos eróticos, liberando un juego de seducción entre ambos.

No se conocen personalmente, a pesar de vivir en la misma ciudad, y aplazan cada momento en que deciden conocerse, quizá por miedo a defraudar, quizá por miedo a que desaparezca la magia. Finalmente conciertan una cita, y, ¿qué ocurre?…,¡no os penséeis que os lo voy a decir! lo tenéis que descubrir vosotros si os interesa el argumento de Contra el viento del norte.

Creo que el Hamburger Abendblatt lo definió perfectamente, diciendo de este libro que es «un juego espléndido sobre la fantasía y la imaginación».

¿Qué nos propone Daniel Glattauer cuando se está a punto de cumplir los 50?, ¿es la red un vehículo para canalizar esas emociones y sentimientos difíciles de expresar en persona?, ¿la pantalla de nuestro ordenador nos protege?, ¿nos hace más atrevidos, más emotivos, más sinceros, más libres?, ¿es el mundo virtual un lugar seguro para los deseos secretos?, en definitiva, ¿el mundo virtual nos convierte en un poco cyran@s?, pues si es así…¡Bienvenid@s tod@s l@s cyran@s que son capaces de poner un poco de magia en un mail que nos alegre el día! 

¡Feliz lectura, amigos!

enero, 2014 © chelopuente


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Días D


diasQuerido amigo:

Sí, sí, ya estoy de vuelta de mis vacaciones. Bueno en realidad hace más de un mes que he vuelto, pero no he tenido tiempo de escribirte. Pero hoy te voy a contar algo que me pasó el otro día.

Verás. La otro mañana estaba sentada en una terraza tomando un café, sí, sí, en una terraza, porque, aunque estemos ya en otoño, aún las mañanas soleadas son muy agradables para sentarse fuera.

Como te decía, estaba allí tomando mi café y en una mesa de al lado había tres chicas -de unos cuarenta años más o menos- que charlaban animadamente de las vacaciones, de sus parejas, en fin, ya sabes, de sus cosas.

Al estar sola, irremediablemente, oía lo que decían, pero no porque yo sea una cotilla, sino porque estaban justo a mi lado. Pero realmente empecé a prestar atención intencionada cuando escuché ésto que te voy a contar…

– Oye, vosotras ¿cuándo haceis el amor? ¿con qué frecuencia? – preguntó la rubia.
– Yo todos los fines de semana -contestó la morena.
– Ah! pues muy bien, viernes, sábado y domingo -dijo la morena- ¿y tú?.
– Yo, los dias que empiezan por M -contestó.
– Bueno, no está mal, martes y miércoles -dijo la rubia.
– ¿Y tú, Neus, que no dices nada? – preguntaron las dos al unísono a la amiga peliroja que no había hablado.
– Yo, los días que empiezan por D -contestó.
– ¡Uy, pobrecita, sólo los domingos! -se asombraron sus amigas- claro,será porque no tienes pareja estable…
– No, es porque… ¡soy catalana!… Dilluns, Dimarts, Dimecres, Dijous, Divendres, Dissabte y Diumenge.

Figúrate, querido amigo, la cara que se les quedó a sus amigas, que se pensaban que ella lo tenía más difícil, jajaja. 

Bueno, otro día te cuento más cositas.

Besitos.

octubre, 2013 © chelopuente


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Cambio de nombre


Querido amigo:

Te escribo corriendo, que hoy voy volada de las cosas que tengo que hacer, pero no quería que pasaran más días sin escribirte, y es que te tengo que contar una cosa muy importante, sí… ¡¡ya no me voy a cambiar el nombre!!.  Ya sé lo que estás pensando, sé que estás pensando ¡¡santa madonna, con la de gestiones que he hecho!! o mejor, seguro que tú eres más de estar pensando… ¡¡collons, qué caprichosa esta chica!! pero todo en catalán, claro.

Es verdad que todos estos días tú me decías que no me cambiara de nombre, que la cosa no era para tanto, pero claro, yo me pensaba que tú me lo decías por cariño, para que no estuviera triste, en fin, sin objetividad.

Pero no te enfades, que te voy a explicar por qué ya no me cambio de nombre…

Bueno, pues fui a la cita con el abogado, sí ese amigo de tu familia, el que me iba a gestionar el cambio de nombre. Pues éso, que fui a la cita, allí en el mismísimo Passeig de Gràcia, esquina a Carrer d’Aragó, no, esa esquina no, que esa esquina es la de la tienda preciosa, que claro me mandas a unos sitios que me pierden, que ya sabes que el Passeig de Gràcia me encanta, por la Casa Batlló y por las tiendas, pero dejo ese tema que me despisto.

Pues como te decía, el abogado me dijo que «no había causa objetiva que justificara elevar la petición de cambio de nombre», así, exactamente eso me dijo. Él decía que, total porque alguna vez me hayan llamado Charo en lugar de Chelo, no es motivo suficiente. Ni siquiera es motivo que la RAE elimine la ch porque ya sabía que, incluso en ese caso, me habían llamado Cielo, y que éso debería considerarlo un halago en vez de una confusión.

Además, me dijo que había consultado con un asesor de imagen, y que le había mandado mi foto, sí esa tan bonita que tú me hiciste, y el asesor ha dicho que no ve claro que Lorelayescarlatta, fuera un nombre apropiado para mí, vamos, que no va con mi estilo, que yo lo que creo que me quería decir es que aunque me llamara Lorelayescarlatta, pues que no sería glamurosa, pero en educado.

Y, claro, éso me ha decidido a no cambiarme el nombre, porque no es lo mismo que me lo dijeras tú, que me lo decías por cariño, que me lo diga un honorable abogado de ilustres apellidos laietanos unidos por una «i», y éso, lo tienes que entender. Así que, con lo que me ahorré en el cambio de nombre, me compré un bolso… no hombre, en el bufete no, que tienes unas cosas… en la otra esquina, en la tienda preciosa.

Pues éso, que… con mi nombre viejo y mi bolso nuevo, me volví para Madrid.

Otro día ya te escribo con más tiempo y te cuento más cosas.

Besitos,

Chelo Puente – enero, 2011