La librería de Chelo

Este es el blog de Chelo Puente, donde descubrirás algo sobre mí a través de las palabras escritas y leídas.


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Alguien


rafael alberti

Rafael Alberti – Cádiz, 1902-1999

 

Dado que estamos cerca del día
14 de abril, en el que se conmemora
el 80 aniversario del nacimiento de la
II República de España

he querido recordar al gran poeta

RAFAEL ALBERTI

 

 

 

ALGUIEN

Alguien barre
y canta
y barre
(zuecos en la madrugada).
Alguien
dispara las puertas.
¡Qué miedo,
madre!
(¡Ay, los que en andas del viento,
en un velero a estas horas
vayan arando los mares!)
Alguien barre
y canta
y barre.
Algún caballo, alejándose,
imprime su pie en el eco
de la calle.
¡Qué miedo,
madre!
¡Si alguien llamara a la puerta!
¡Si se apareciera padre
con su túnica talar
chorreando!…
¡Qué horror,
madre!
Alguien barre
y canta
y barre.


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El oficio de poeta


José Agustín Goytisolo Barcelona, 1928 -1999

José Agustín Goytisolo
Barcelona, 1928 -1999

Un miércoles más para recordar al gran poeta barcelonés

JOSÉ AGUSTÍN GOYTISOLO

aquel que se refugió en la poesía
tras la muerte de su madre en un ataque aéreo.

Su poesía ha sido divulgada por el cantautor Paco Ibáñez
y con su música ha llegado a todos sus poemas.

.

.

.

EL OFICIO DE POETA

Contemplar las palabras
sobre el papel escritas,
medirlas, sopesar
su cuerpo en el conjunto
del poema, y después,
igual que un artesano,
separarse a mirar
cómo la luz emerge
de la sutil textura.

Así es el viejo oficio
del poeta, que comienza
en la idea, en el soplo
sobre el polvo infinito
de la memoria, sobre
la experiencia vivida,
la historia, los deseos,
las pasiones del hombre.

La materia del canto
nos lo ha ofrecido el pueblo
con su voz. Devolvamos
las palabras reunidas
a su auténtico dueño.


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Hijas protectoras


Paseo a la orilla del mar Joaquín Sorolla - 1863-1923

Paseo a la orilla del mar
Joaquín Sorolla – 1863-1923

 

Una mañana, en la playa, mientras me entregaba con placer a un sol mediterráneo y matutino, asistí a la conversación de una hija de treinta y muchos, con su madre de sesenta y muchos…

– Ya estás otra vez con eso -dice la hija.
– Ay, hija! Ya sabes que me gusta mucho leer.

– Ya, pero no leas eso mamá, por favor -dice la hija indignada.
– Yo leo de todooo!! -apostilla la madre.
– Sí, pero… TODO DE LO MISMO!!
– Me gusta… ¿qué pasa?, cada uno tiene su gusto.

– Pues pasa que esas lecturas, te dejan como atontada -continúa la hija.
– No sé por qué dices éso.
– Pues porque luego te crees que eres la protagonista, y pretendes que papá sea un caballero del highlander ese, y vamos…
– Anda, déjame, que está muy interesante -le dice cariñosamente la madre  con una sonrisa.

La madre lee En busca del highlander, una novela romántica de Sherryl Kenyon, y la hija Mal de escuela un ensayo de Daniel Pennac, y la imagino profesora de chicos adolescentes, preparándose para la vuelta al cole.

Viendo que no tiene nada que hacer, la hija vuelve a abrir su libro, con la seguridad de que tiene la batalla perdida, y ambas se entregan a sus respectivas lecturas, y yo me quedo pensando que es fundamental separar la ficción de la realidad, aunque, muchas veces la realidad supere la ficción.

2014 © chelopuente


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Amor de madre


deseos

Cuando tenía mi librería al público en Madrid, una mañana vino una señora a la librería y…

– Buenos días, busco un libro que me ha dicho mi hija, pero no recuerdo bien el título, se llama algo… de la ceguera.
– ¿Te refieres a Ensayo sobre la ceguera –le dije.
– Sí, ése es.
Le enseñé todas las ediciones que tenía en la librería, y…
– Pero… yo quiero el de Miguel Delibes – me dijo.
– ¿De Miguel Delibes?
– Sí – afirma con seguridad.
– Es que… Ensayo sobre la ceguera, lo escribió Saramago – le dije suavemente.
– No, no, mi hija me ha dicho que lo escribió Miguel Delibes, y que ha muerto hace poco.
– Bueno, es que Saramago también ha muerto hace poco, y quizá, por eso, no hayas interpretado bien a tu hija, o quizá tu hija se confundió.
– No, no, además mi hija lee mucho.
– Ya.
– Y tú… ¿me lo puedes buscar? -me preguntó insistente.
– Yo te lo buscaría encantada por donde fuera, pero no puedo buscar algo que sé que no existe, porque en toda su vida, Miguel Delibes, jamás escribió ningún libro titulado Ensayo sobre la ceguera, porque ese libro lo escribió José Saramago – le insistí.
– Pues no sé, creo que no me lo voy a llevar, le voy a consultar primero a mi hija…

Y yo, me quedé anotándolo en mi libreta de deseos imposibles mientras pensaba en mis cosas.

octubre, 2013 © chelopuente