Como cada miércoles, nos dedicaremos unos minutos a apreciar y disfrutar un poco de poesía. Hoy, el gran Goethe le dedica su poema a la luna.
Además podremos ver un vídeo con imágenes de la luna y leer el poema con un fondo de música.
A la luna ¡Oh tú, la hermana de la luz primera,
símbolo del amor en la tristeza!
Ciñe tu rostro encantador la bruma,
orlada de argentados resplandores;
Tu sigiloso paso de los antros
durante el día cerrados cual sepulcros,
a los tristes fantasmas despabila,
y a mí también y a las nocturnas aves.
Tu mirada domina escrutadora
y señorea el dilatado espacio.
¡Oh, elévame hasta ti, ponme a tu vera!
No niegues a mi ensueño esta ventura;
y en plácido reposo el caballero
pueda ver a hurtadillas de su amada,
las noches tras los vidrios enrejados.
Del contemplar la dicha incomparable,
de la distancia los tormentos calma,
yo tus rayos de luz concentro, ¡oh luna!,
y mi mirada aguzo, escrutadora;
poco a poco voy viendo los contornos
del bello cuerpo libre de tapujos,
y hacia él me inclino, tierno y anhelante,
cual tú hacia el de Endimión en otro tiempo.
El pequeño espacio del corazón es tan grande como el universo. Allí están el cielo y la tierra. El sol, la luna y las estrellas. El fuego, el rayo y el viento están allí. Lo que se dice y lo que no. Y todo lo que es y lo que no es.
Los Upanishads
Upa ni-shad significa sentarse más bajo que otro, para poder escuchar atentamente sus enseñanzas.