Si hay una calle famosa en Madrid es la calle de Alcalá, la de «con la falda almidoná y los nardos apoyaos en la cadera…» como dice el cuplé. Pero, sin duda hay otra que es muy famosa -al menos lo era entre nosotros, los universitarios del inicio de los 80- me refiero a la calle Libreros, donde se encontraba la Librería Felipa.
Corría el año 1920 cuando Felipa Polo -con tan sólo 12 años- empezó a trabajar en la Librería de Doña Pepita en la calle Libreros. Fue la librería que se instaló en esta calle a finales del s. XIX y que cuya abundancia de librerías en una calle tan corta -llegó a haber 11 en la misma calle- dieron nombre a la calle en 1949.
Entre las librerías que fueron abriendo en la famosa calle Libreros, lo hizo también la Librería Felipa. Fue en 1944 cuando Felipa decidió independizarse de Doña Pepita y abrir un local de compra-venta de libros, en un espacio que en un principio era una fábrica de chocolate. Bien, pues en este local fue donde comenzó la Librería Felipa -a cargo de la joven Felipa- dedicada a la compra-venta de libros, sobre todo universitarios.
Siempre destacó su gran personalidad, cuentan algunos de sus clientes más antiguos. Implicada en un momento difícil de posguerra y siempre al lado de sus clientes. Cuentan que tenía un carácter enérgico, con toques humorísticos y que era famosa por sus frases filosóficas de sabiduría más popular, como: «Si no tienes nada que hacer, no lo vengas a hacer aquí». Estas cosas y que siempre encontrabas el libro que buscabas a precio más barato, hizo de «la Felipa» toda una institución en Madrid.
Yo no puedo opinar de su carácter porque empecé a frecuentar su librería en 1980, cuando empecé la universidad, y aunque recuerdo alguna vez haber visto a una señora mayor allí sentada, no puedo asegurar que fuera ella. Pero sí recuerdo -al inicio de curso- haberme pasado mucho tiempo haciendo cola para poder entrar allí y comprar algún libro que necesitaba, y como entonces el presupuesto económico que teníamos era más bien bajo, merecía la pena la espera.
Después -cuando ya acabé la universidad- no volví a frecuentar esta librería, de la que guardo unos magníficos recuerdos de juventud. Ahora me he enterado que ya no existe en la calle Libreros la Librería Felipa, que al parecer cerró en el año 2000 y se trasladaron a otro lugar.
Cuando vuelva a Madrid haré todo lo posible por darme una vuelta por esta calle y ver cómo está y que ha quedado por allí de los recuerdos de mi época universitaria. Sí, tengo que hacerlo.
enero, 2014 © chelopuente