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«La luna estaba en su extremo menguante, casi nueva, y no era difícil andar disimulando por el campo. La fosforecencia exasperada del cielo, después del día de calor, no bastaba para ver bien, y el sinnúmero de ruidos de la tierra -las ranas, los grillos, el agua, los mil extraños roces y crujidos inexplicables- cubrían el rumor de los pasos…»
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Fragmento de «El río que nos lleva»
José Luis Sampedro – Barcelona, 1917
Bon dia, Egunon, Bos días, Buenos días de deslizarse con el río que nos lleva.
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