La librería de Chelo

Este es el blog de Chelo Puente, donde descubrirás algo sobre mí a través de las palabras escritas y leídas.


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A flor de piel


Portada del libro

Portada del libro

A FLOR DE PIEL

Javier Moro

Edit. Seix Barral, 2015

 

El 30 de noviembre de 1803, una corbeta zarpa del puerto de La Coruña entre vítores y aplausos. En su interior viajan veintidós niños huérfanos cuya misión consiste en llevar la recién descubierta vacuna de la viruela a los territorios de Ultramar. Los acompaña Isabel Zendal, encargada de cuidarlos.

Los héroes de esta descabellada expedición, dirigida por el médico Francisco Xavier Balmis y su ayudante Josep Salvany, sobrevivirán a temporales y naufragios, se enfrentarán a la oposición del clero, a la corrupción de los oficiales y a la codicia de quienes buscan lucrarse a costa de los desamparados. 

Javier Moro

Javier Moro

Si al final esta aventura se convirtió en la mayor proeza humanitaria de la Historia, se debió no sólo al coraje de aquellos niños que se vieron abocados a salvar las vidas de tantísima gente, sino también al arrojo de los dos directores, hombres sin miedo que se disputaron el amor de la única mujer a bordo. 

Tras personajes principales de intensa fuerza entre los que destacaría a Isabel Zendal, la única mujer de la expedición, a la que Javier Moro ha convertido en un personaje inolvidable, en toda una heroína. Pero también me han encantado los dos médicos: Salvany por su bondad y sus ganas de salvar el mundo aun a costa de su propia vida; y Balmis porque entre sus ganas de salvar a los más desfavorecidos se cuela sin remedio una ambición desmedida.

En A flor de piel he encontrado una novela muy interesante que refleja un resumen de las dificultades de la investigación médica en la España de inicios del siglo XIX y que os recomiendo que leáis.

¡Felices lecturas, amigos!

 


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El imperio eres tú


PREMIO PLANETA 2011
El imperio eres tú
Javier Moro – Madrid, 1955
Editorial Planeta – noviembre, 2011
21,50 euros

Convertido en emperador de Brasil a los veintitrés años, Pedro I marcó con su huella la historia de dos continentes. Desmedido y contradictorio, las mujeres fueron su salvación y su perdición: mientras su esposa, la virtuosa Leopoldina de Austria, lo llevó a la cumbre, su amante, la ardiente Domitila de Castro, lo arrastró a la decadencia. Cuando el inmenso Brasil se le hizo pequeño y el poder dejó de interesarle, puso su vida en juego por aquello que creía justo. Y alcanzó la gloria.

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