Hoy te voy a contar una cosa muy curiosa que le ha pasado a una amiga mía y que me contaba el otro día, mientras nos tomábamos un café en ese sitio que te gusta tanto a ti. Ella tiene dos hijos -un niño y una niña, ya adolescentes… ¡pues claro que hablo de mi amiga! Que no, que no, que esto no es un relato, que es una verdad verdadera. Sigo… Pues resulta que un día le puso un mensaje a su hija… Que sí, que ya sé que ahora los mensajes se llaman whatsapps, pero éso no importa para lo que te voy a contar, que no paras de interrumpirme, y así no acabaré nunca.
Como te decía, le puso un mensaje a su hija para que fuera adelantando la comida, porque a ella se le había hecho un poco tarde. Y mi amiga se quejaba de que su hija no leyó bien el mensaje, porque no se implica nada en la cocina, pero claro, yo le dije que su hija es una artista y lo que sabe hacer de maravilla es pintar, que por éso quiere estudiar Bellas Artes y que yo creo que terminará siendo una gran pintora. Además, también le dije que su acción había sido un pelín machista… -¡no, no, la de la hija no! la de mi amiga- porque el mensaje se lo tenía que haber puesto a su hijo, que tiene una habilidad especial para los sabores, olores, texturas y que -en la cocina- hace maravillas. Y mi amiga, no tuvo más remedio que darme la razón, porque las dos creemos que su hijo terminará siendo un gran chef.
Bien, pues esto era lo que quería contarte. Ah! ¿que quieres saber de qué trataba el mensaje para poder hacerte una idea?. Claro, claro, tienes toda la razón, que me había despistado…
«Preciosa. Coge las patatas del cesto,
pelas la mitad y las hierves, por favor.
Llego en media hora. Besitos»
Y, mi amiga se enfadó porque se encontró con ésto, que hasta le hizo una foto… Pero -como yo le dije- si es que su hija lo que hizo fue interpretar su mensaje desde la creatividad de una artista.
Otro día te escribo más. Besitos.
octubre, 2013 © chelopuente