Todo preparado para pasar la mañana. La voz de Adele se cuela por los rincones de la casa y me lleva hasta los libros.
No sé si darme un paseo matutino por el Village de Elvira Lindo, adentrarme en el Somersetshire a conversar con Wilkie Collins, ver qué me susurra la caracola de Màxim Huerta, recordar a Chet Baker de la mano de Vila-Matas, o decidirme a subir a los fríos suecos a ver qué me cuenta Mankell…
No sé, ya lo decidiré mientras termina de despertar esta mañana de sábado otoñal.
Chelo Puente – noviembre, 2012