La librería de Chelo

Este es el blog de Chelo Puente, donde descubrirás algo sobre mí a través de las palabras escritas y leídas.


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Te digo adiós, amor


Rafael Alberti - 1902-1999

Rafael Alberti – 1902-1999

Es difícil decir adiós al amor
pero se puede hacer bien o
de la forma tan bella como lo hace

RAFAEL ALBERTI

y con este poema disfrutaremos
un miércoles más de poesía
en una primavera veraniega.

 

 

 

TE DIGO ADIÓS, AMOR

Te digo adiós, amor, y no estoy triste.
Gracias, mi amor, por lo que ya me has dado,
un solo beso lento y prolongado
que se truncó en dolor cuando partiste.

No supiste entender, no comprendiste
que era un amor final, desesperado,
ni intentaste arrancarme de tu lado
cuando con duro corazón me heriste.

Lloré tanto aquel día que no quiero
pensar que el mismo sufrimiento espero
cada vez que en tu vida reaparece

ese amor que al negarlo te ilumina.
Tu luz es él cuando mi luz decrece,
tu solo amor cuando mi amor declina.


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Quizá algún día


PREMIO EXCELENCIALlegué puntual a la cita que tenía previamente pactada, y ya me estaba esperando. Después de los saludos habituales, comenzó con sus preguntas, esas preguntas que le hacen saber qué es lo que quiero en cada momento, cuando ni siquiera yo misma lo sé, y es que eso es lo que distingue a un profesional excepcional del resto de sus colegas.  

Le explico cual es el evento, necesita saber hora, duración aproximada, cómo iré vestida, color, vestido, etc y después de escuchar todas mis respuestas y de recordar que no me gusta llamar la atención, se queda pensativo.

– ¿Le harás algo especial? -pregunta Sandra, su mujer- que cuida de mis manos.
– No, dejaremos su pelo natural, como ella. Dejaremos la melena pelirroja que brille lisa, que le acaricie el cuello y la espalda al aire… y cuando escucho ésto sé que me entregaré a él -estilísticamente hablando- en la seguridad de que nuevamente, no me defraudará. Entonces pienso que por ésto y otras cosas, un día le entregé mi fidelidad absoluta. 

Luciano llegó a España hace más de 25 años. Vino de vacaciones y se quedó, se enamoró y siguió quedándose, aunque sigue teniendo un marcado acento italiano. 

Yo le conocí hace al menos 15 años, por casualidad, como suceden esos encuentros que luego perduran, y desde entonces le visito cuando paso unos días por allí. 

Es un gran amante de la ópera y sabe que a mí también me apasiona, así que mientras se prepara para comenzar su trabajo, me pregunta: ¡Qué tal si nos ponemos a Pavarotti en Turandot?. Humm, magnífica elección, le digo, y me pongo en sus manos.

Cuando termina, siempre me mira y me dice que -según mi sonrisa- sabe si he quedado satisfecha, así que mi sonrisa es siempre la misma, de alta satisfacción. Cuando me voy a marchar, la despedida es casi un ritual. Yo le digo que cuándo se vendrá a instalarse aquí y él me contesta, y tú ¿cuándo te vendrás cerca de este mar que tanto añoras? y yo le contesto: quizá algún día, Luciano, quizá algún día…

marzo, 2014@chelopuente