Como estamos ya en la recta final para el día de Sant Jordi, día de libros y rosas, que viviré este año en Barcelona por primera vez como librera, os voy a contar un poquito de donde viene la historia de Sant Jordi, por si no la sabéis y os apetece saberla.
Hay pocos datos concretos sobre la vida de San Jorge, aunque su culto es uno de los más antiguos de la Iglesia de Oriente, pasando posteriormente a la de Occidente.
Los griegos le llamaban el gran mártir. Fue uno de los más célebres mártires de la Iglesia, consejero del emperador Diocleciano (s. III), se convirtió al cristianismo, abandonando las armas y repartiendo sus bienes entre los pobres. Desobedeció la orden de Diocleciano de atacar a los cristianos, por ello fue apresado, torturado y finalmente murió un 23 de abril del año 303.
Ya en la Edad Media fue símbolo de los caballeros y de la nobleza catalana, de ahí que sea su patrón. Pero, dejemos esta historia, y centrémonos en la leyenda, que siempre nos deja más fascinados.
Cuenta la leyenda que un dragón muy feroz tenía atemorizada a la villa. Para calmarle, la gente del pueblo le ofrecía ganado, para así aplacar su ira. Pero cuando el ganado se acabó, le ofrecieron cada día una doncella, hasta que un día le tocó a la princesa. Cuando el dragón estaba a punto de comerse a la princesa, llegó Sant Jordi a lomos de su caballo blanco y clavó su lanza en el corazón del dragón, dándole muerte. De su corazón, en lugar de brotar sangre, brotó un rosal de preciosas rosas rojas y Sant Jordi le regaló una a la princesa.
Los más románticos creemos que del corazón del dragón brotó el rosal porque -en el fondo- el dragón estaba enamorado de la princesa y en su timidez no sabía cómo acercarse a ella.
Por tanto, de esta leyenda es de donde proviene la costumbre de que los chicos regalen una rosa roja a las chicas el día de Sant Jordi en Catalunya. ¡¡Me encanta esta costumbre!!
abril, 2014 © chelopuente