
Cada 8 de marzo, aprovechando que se celebra el
Día Internacional de la Mujer
suelo escribir algo homenajeando a alguna de las mujeres ilustres que han recorrido nuestra historia, que son muchas, aunque no siempre hayan sido reconocidas como se merecían. Pero hoy he decidido que escribiré algo diferente. Hoy mi homenaje está dedicado a todas las mujeres anónimas de las que nunca se habla.
Unas han pasado por la vida con absoluta entrega y sacrificio. Son las Carmen, Argi, Teresa, Poli, Patro, Josefina, Isabel, Mari… Todas ellas ya han trabajado lo suficiente para gozar ahora de una vida más tranquila. Trajeron a sus hijos al mundo y trabajaron duro para sacarlos adelante en una sociedad poco agradecida a sus esfuerzos. Hoy son abuelas orgullosas y algunas de ellas casi bisabuelas; unas están con nosotros y nos siguen enseñando; otras desgraciadamente nos abandonaron ya, pero nos dejaron sus enseñanzas. Son las madres de las mujeres de mi generación, las abuelas de nuestros hijos, mujeres excepcionales.
Otras son las mujeres de mi generación, aquellas que tuvieron alguna oportunidad más. Son las mujeres que accedieron al mercado laboral, que tienen vida profesional, que son madres, amigas, compañeras y que gozaron de una libertad superior a la de sus madres. Son las Carmen, Paloma, Pilar, Olvido, Eva, Marisa, Elena, Ángela, María… Unas tuvieron hijos, otras no; unas fueron a la universidad, otras no; unas viven junto a su compañero de vida, otras no, incluso, otras tienen un nuevo compañero de vida. Son aquellas que -cuando el amor dejó de funcionar- no dudaron en seguir en solitario. Aquellas que tienen a sus hijos esparcidos por el mundo y que no dudan en recorrer miles de kilómetros si fuera preciso, para encontrarse con ellos. Son aquellas que saben vivir su vida sin renunciar a su profesión, aquellas que descubrieron cómo ser mujer sin morir en el intento. Y de todas, tengo un recuerdo especial para Carmen, que decidió que -además de todo lo demás- un día como hoy, de 1981, era un bonito día para traer a dos preciosas criaturas a este mundo, por lo que estoy, además de orgullosa de ella, agradecida.

Y por último están las nietas de aquellas mujeres excepcionales, hijas de estas grandes mujeres. Son las Paloma, Susana, Mayte, Esther, Delia, Elena, Irene, Mar, Miriam, Laura, Julia, Blanca… que nos recuerdan cada día las ganas de luchar, de seguir adelante, de estudiar, de formarse, de comprometerse, de crear, de viajar, de vivir… Aquellas que parecía que tendrían una vida mucho más cómoda, pero que la realidad ha resultado ser suficientemente hostil como para que -algunas de ellas- un día no dudaran en coger una maleta y marcharse allá donde había una oportunidad que querían aprovechar.
Por éso, hoy 8 de marzo de 2013, Día Internacional de la Mujer, mi homenaje es para todas las mujeres que -como ellas, como nosotras- formamos parte de este lugar llamado mundo.
¡¡Va por vosotras, chicas!!
Chelo Puente – marzo, 2013