Anécdotas de contenedor.
Sólo quedan dos expositores de libros para dejar en los contendores de reciclaje. Rodando por la acera dejo uno esta mañana. Cuando vuelvo con el otro, un chico gitano carga el primero en un camioncito.
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– Ése también lo vas a dejar -me pregunta.
– Sí, también dejo este giratorio -contesto.
– Pues ése me lo voy a llevar yo a mi casa -me dice.
– ¿A tu casa? ¿y dónde lo vas a poner?
– En el comedor, para que los muchachos pongan sus libros.
Nota mental: me alegro de que el expositor de libros siga cumpliendo su función.
Buenas tardes de primera tarde libre.
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