La librería de Chelo

Este es el blog de Chelo Puente, donde descubrirás algo sobre mí a través de las palabras escritas y leídas.


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La bolsa de lana azul. Crítica 36


LA BOLSA DE LANA AZUL

«Terminé ayer el libro. Sabía que me iba a encantar.
Conozco a Chelo desde hace muchos años y recuerdo una frase
que siempre utilizaba y que hice mía:
» De los proyectos hay que enamorarse»
y con este libro lo ha vuelto a conseguir.
Desde su dedicatoria, que me emocionó, hasta la última hoja
me ha mantenido enganchada.
Felicidades, Chelo.»

Comentario de Pilar Lago, desde Madrid.

¡Muchas gracias, Pilar!

Si deseas tenerlo me lo puedes pedir a la dirección de correo electrónico
lalibreriadechelo@gmail.com
o en Amazon donde también lo podrás encontrar en papel y en digital.

portada final llibre

 


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Esos ojos negros.


frida-kahlo

Frida Kalho – Coyoacán, 1907-1954

Ayer se conmemoraba el aniversario de su nacimiento, porque en la ciudad mexicana de Coyoacán, nacía el 6 de julio de 1907 una niña llamada Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, conocida posteriormente con el nombre de

FRIDA KAHLO

la que yo he llamado siempre la pintora de los ojos negros.

Hija de un fotógrafo de origen judío-húngaro y su segunda esposa, mexicana de origen español, con tan sólo cinco años sufrió una poliomielitis que marcó para siempre su salud física, además de sucesivas enfermedades, que hicieron de su infancia una etapa complicada. No sólo estas enfermedades marcaron su vida, sino que también sufrió un accidente mientras viajaba en un tranvía, cuando era una adolescente. Le rompió la columna vertebral, costillas, cuello, pelvis… y le dejó unas gravísimas lesiones, que le provocaban dolores insoportables. Se sometió a un sinfín de operaciones quirúrgicas (se dice que hasta 32) sin que le proporcionaran gran mejoría, y vivió toda su vida atrapada en tortuosos corsés y sumida en un tremendo dolor continuado.

Sin embargo, fue precisamente en la convalecencia de este accidente cuando Frida comenzó a dibujar y a pintar asiduamente, comenzando a perfilarse lo que sería su estilo pictórico, tan peculiar, tan único. Una mezcla de surrealismo, realismo, expresionismo, pintura étnica, sin duda un estilo muy personal y en cuyas obras siempre aparecía la sombra del dolor que soportaba.

fridaCon poco más de veinte años se casó con el pintor Diego Rivera, que quedó impresionado con su obra. Su relación amorosa fue también un tanto peculiar y sumamente liberal para la época, además de tumultuosa. Amor y desamor fue el binomio que marcó la relación Kalho-Rivera. Diego tuvo varias amantes mientras estaba con Frida, y a su vez ella también. Es conocida la relación de amantes que mantuvieron Frida Kahlo y Trotsky, así como con una bailarina (creo) que ponía de manifiesto su bisexualidad.

Hasta 1953, poco antes de morir, no se organizó una exposición de la artista en su país, dado que su mayor reconocimiento artístico le vino pasados unos años de su muerte. Yo siempre he pensado que la unión de Frida con el pintor Diego Rivera, de alguna manera, eclipsó su arte, al igual que le ocurrió a Emile Claudel con Rodin. En una sociedad totalmente masculina era muy difícil para una mujer demostrar su talento, y -dicho sea de paso- sus maridos tampoco las ayudaron demasiado.

El 13 de julio de 1954 moría en la misma Coyoacán que la vio nacer, después de toda una vida de sufrimiento. Se dice que murió de una embolia cerebral. aunque también se dice que se suicidó por no poder soportar más sufrimiento, ya que un año antes, además, le habían tenido que  amputar una pierna engangrenada.

Una vida de lucha y de sufrimiento la de Frida Kalho y, como siempre, mi homenaje son sus propias palabras, esas últimas palabras que escribió en su diario…

«Espero alegre la salida y espero no volver jamás»

Chelo Puente, julio 2012


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Más allá del amor


Octavio Paz

Octavio Paz, 1914 – 1998

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Para este miércoles pre-otoñal
nada mejor que un poema de

OCTAVIO PAZ

que este año hubiera cumplido 100 años
si no hubiera muerto en 1998.

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MÁS ALLÁ DEL AMOR

Todo nos amenaza:
el tiempo, que en vivientes fragmentos divide
al que fui
del que seré,
como el machete a la culebra;
la conciencia, la transparencia traspasada,
la mirada ciega de mirarse mirar;
las palabras, guantes grises, polvo mental sobre la yerba,
el agua, la piel;
nuestros nombres, que entre tú y yo se levantan,
murallas de vacío que ninguna trompeta derrumba.

Ni el sueño y su pueblo de imágenes rotas,
ni el delirio y su espuma profética,
ni el amor con sus dientes y uñas nos bastan.
Más allá de nosotros,
en las fronteras del ser y el estar,
una vida más vida nos reclama.

Afuera la noche respira, se extiende,
llena de grandes hojas calientes,
de espejos que combaten:
frutos, garras, ojos, follajes,
espaldas que relucen,
cuerpos que se abren paso entre otros cuerpos.

Tiéndete aquí a la orilla de tanta espuma,
de tanta vida que se ignora y se entrega:
tú también perteneces a la noche.
Extiéndete, blancura que respira,
late, oh estrella repartida,
copa,
pan que inclinas la balanza del lado de la aurora,
pausa de sangre entre este tiempo y otro sin medida.


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Librería Lello e Irmao. Oporto.


lello irmao

Hace unos días, recordaba esta preciosa librería que se encuentra situada muy cerca de la Torre de los Clérigos, un campanario barroco.

En la Rua de las Carmelitas, 144 de la ciudad portuguesa de Oporto, se alza un edificio de estilo neogótico, construído por el arquitecto Xavier Esteves en 1906, y que alberga en la actualidad la librería Lello e Irmao.

Sin embargo, su historia comienza algunos años atrás, cuando en 1869 se fundó la Livreria Chardron, que con los años -y tras la temprana muerte de su propietario- fue vendida a Lello y a su hermano, de ahí el nombre de esta librería –Livreria Lello e Irmao– ya que irmao significa hermano en portugués.lello irmao 1

Estar en Oporto y no visitar esta majestuosa librería debería considerarse un pecado mortal, porque no sólo -que ya sería suficiente- es una maravilla contemplar los miles de ejemplares de libros que tiene, sino que el edificio en sí es una auténtica joya.

Una fachada neogótica nos anuncia todo lo que encontraremos en su interior. Metros y metros de estanterías de madera noble, sirven de reposo a los libros. Una espectacular escalera de madera maciza -en el centro de la planta baja- nos transporta al primer piso. Una cúpula en el techo con una preciosa lello irmao 2claraboya de cristales de colores, permite el paso de la luz natural, ideal para la lectura. Como curiosidad, os diré que el suelo de madera de la planta baja, aún conserva los raíles por los que se deslizaba un vagón de madera que transportaba los libros de un lugar a otro de la librería.

Estoy segura de que reconoceréis este lugar mágico en escenas de algunas películas, como por ejemplo las de Harry Potter, que por su fabulosa decoración interior la han hecho acreedora del título de ser una de las librerías más bellas del mundo, es más, el escritor Enrique Vila-Matas la considera la librería más bonita del mundo.

Al igual que visitar una bodega en Oporto es algo que no se debe dejar de hacer si OLYMPUS DIGITAL CAMERAviajas a esta ciudad, sumergirte en la magia de esta librería os garantiza un disfrute total y absoluto. Allí no sólo te enamorarás de sus libros, sino también de su decoración y de su historia, porque te adentrarás en un lugar de fantasía, en un lugar literario.

Sólo me queda daros un consejo: id con tiempo, sin prisas, como se disfrutan las cosas que apasionan, y os recuerdo que -creo- cierran a las siete de la tarde, y no, no os empeñéis en quedaros más tiempo, yo lo intenté, intenté quedarme a pasar la noche allí, pero no puede ser, debe ser porque durante la noche la literatura reposa, para lucir con todo su esplendor a la mañana siguiente.

Y si lo con esta entrada se os ha abierto el apetito de más lectura, ya sabéis que…
Sólo estoy a un clic de ti

http://www.lalibreriadechelo.com/venta-de-libros/#.UpM6ptKKuSo

 


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Reflejos color plata.


Sentados en la terraza del apartamento de vacaciones, aquella noche de verano ella leía su novela, él tenía la mirada perdida en un punto incierto del horizonte, allí donde la luna incidía con su brillo en las tranquilas aguas de un mar color plata.

– Qué diferente es este reflejo color plata de como yo lo veo en mi vida -dijo él pensando en voz alta.
– Perdón… ¿me hablabas? -contestó ella.
– Sí, te decía que últimamente veo que mi vida es color plata.
– ¿Qué quieres decir? -preguntó ella apartando por un instante la vista de su libro.
– Sí, es una sensación que me produce cuando intento mirar algo y los reflejos me impiden ver lo que hay detrás, como cuando la luz incide en un objeto y eres incapaz de reconocerlo por muy cotidiano que sea. Cuando los reflejos no me dejan ver bien aquello que quiero ver y opto por dejar de mirar, o mirar simplemente hacia otro lado y entonces, lo que veo me gusta mucho, me apasiona, es un fulgor que me ilumina y me llena de vida. Empiezo a ver reflejos y más reflejos por más sitios, por más rincones, por más situaciones cotidianas, y me hago preguntas. Entonces me fijo en ese entorno y percibo otros colores, otros sabores, otros aromas, otros deseos, otras sensaciones que hasta ese momento ni siquiera sabía que existían… y pienso, pienso que querría dejarme arrastrar por ese fulgor. Creo que ésto es mi color plata, ese reflejo que no me deja ver la luz.
– No entiendo lo que quieres decir. Me describes una sensación muy extraña, nunca he sentido algo así.
– No es sólo una sensación, mi inmensa pena es que vivo esos momentos, a veces -incluso- lo escribo y al leerlo me doy cuenta de que son reales, y éso me asusta, porque querría que esa luz cegadora eliminara todos esos reflejos color plata que llenan mi vida.
– Mira, tu luz cegadora -dijo ella.
– No te burles… esa luz es el destello del faro.
– Creo que te ha dado demasiado el sol. Anda, vamos a dormir.
– Ve tú… yo iré luego -dijo él- y se quedó sentado, soñando con que quizá algún día se atrevería a mirar hacia otro lado, hacia su luz cegadora que le borraba los reflejos color plata, y siguiendo con la mirada aquella luz del faro que era la única que tenía en ese momento.

©Chelo Puente – septiembre, 2011

Nota: Este relato nació tras una conversación con Josep Aguilella, una noche de verano en la que hablamos de lo humano y lo divino, y por ésto también, todo mi agradecimiento.


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Yo también quería decirte…


«Yo también quería decirte que, suceda lo que suceda, podés contar conmigo… Sé que estás pasando momentos difíciles, pero tengo confianza en que vas a salir de esta situación fortalecida. Yo que te he visto superar tus dudas e inquietudes sé que tengo razones para confiar en vos, razones para respetarte. Optaste por unirte a nosotros, arriesgarlo todo, poner tu vida en la línea de fuego. Éso tiene valor y yo te prometo luchar porque se te permita participar por tus propios méritos… porque lo merecés».

Fragmento del libro La mujer habitada
Gioconda Belli – Managua, 1948.


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Una tarde de súper.


Ella estaba eligiendo sus productos de baño, él estaba a su lado dudando cual elegir…

– ¿Crees que este gel me iría bien? – le preguntó él.
– La rosa de mosqueta va bien para las cicatrices… – le respondió ella.
– ¿Para las del alma también?
– No, para esas va bien el de besos y caricias – le sonrió ella.
– No hay…
– Vaya… qué mala suerte… quizá esté en otro sitio…
– ¿Dónde lo busco?
– Lo encontrarás cuando dejes de buscar… – le contestó ella con una sonrisa.

Él se quedó dudando, ella continuó su compra…

Chelo Puente – marzo, 2011