
Portada del libro
CON LA VIDA A CUESTAS
Benjamín Recacha
Autoedición, 2015
La vida golpea sin avisar, cruel, despiadada. Alberto, un hombre feliz, pierde a su hijo en un accidente, y su pareja, incapaz de reiniciar juntos el camino, se marcha. Tras meses de dolor sordo y de dejarse llevar sin rumbo, decide darse una última oportunidad emprendiendo un viaje. Una aventura desesperanzada que lo llevará a cruzarse con otras personas que, como él, cargan con la vida a cuestas, y que, sin pretenderlo, irán dando forma a un Alberto diferente, capaz de descubrir nuevos retos vitales.
Paralelamente, Lorena, una mujer resentida con su pasado y con la vida en general, descubrirá a través de la blogosfera el aliciente necesario para recuperar la autoestima. Su experiencia servirá de inspiración a otras almas en pena, incluida la de ese viajante anónimo que carga con una mochila tan pesada…
Dolor, incomprensión, nostalgia, pero sobre todo, amor por la vida, amistad y empatía son los ingredientes que se mezclan para conformar un lienzo repleto de matices.

Benjamín Recacha
Ya os he hablado en otra ocasión del autor, Benjamín Recacha, cuando os traje el comentario de su primera novela El viaje de Pau. Ahora nos vuelve a sorprender con la historia de Alberto en Con la vida a cuestas. Una vida que, en ocasiones como la suya, supone una pesada carga que tiene que aprender a aligerar y eso es lo que intentará con todas sus fuerzas cuando decide emprender un viaje sin destino que le llevará hasta La Cueta y en tan maravilloso lugar quizá se vuelva a encontrar a sí mismo y pueda volver a vivir con ganas de vivir.
En esta segunda novela he encontrado a un narrador que ha madurado y ha eliminado los pequeños errores que pude apreciar en el primer libro, pero sin perder la frescura que tiene toda ópera prima.
Debe de ser muy difícil hablar del dolor intenso que tiene que causar la muerte de un hijo, pérdida para la que ningún padre está preparado. Y debe de ser muy difícil hablar de ese dolor sin caer en el dramatismo excesivo que podría convertir la narración en melodramática. Sin embargo creo que Benjamín Recacha ha conseguido un punto de equilibrio adecuado entre las ganas de quitarse la vida porque ya no tiene sentido y las ganas de tirar para adelante. Aprender a vivir, no a olvidar el dolor de la pérdida, sino a soportar la carga que supone vivir sin su hijo.
Los personajes principales (Alberto y Lorena, principalmente) creo que están bien definidos y, por supuesto, son los protagonistas. Sin embargo, a mí me han gustado mucho otros personajes como Helga, Rosell o Irina. Las descripciones de estos personajes aparecen al final de libro, al que te dirige desde el capítulo correspondiente, algo novedoso. No obstante a mí me hubiera gustado más encontrarme con ellas entrelazadas entre la narración. Sé que otros lectores han preferido obviar estos apartados, como lo cuenta el autor en una nota al inicio del libro, pero yo creo que sin ellos me hubieran faltado algunas pequeñas piezas que engrandecen el mosaico de la novela.
Nada más que añadir, amigos, salvo mi recomendación para que la leáis. Sé que os gustará. Para adquirir el libro tanto en papel como en digital podéis hacerlo a través de Amazon. También os recomiendo que visitéis su blog donde encontraréis muchas cosas interesantes.
¡Felices lecturas, amigos!