La librería de Chelo

Este es el blog de Chelo Puente, donde descubrirás algo sobre mí a través de las palabras escritas y leídas.


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Y tú ¿tienes una?


De todos, o al menos de casi todos, es conocido que cada 16 de julio se celebra la honomástica de todas las Carmen, Maricarmen, Carmela, Carmina, Carmiña, Carmentxu, Carme, Carmeta -con su variante masculina que es Carmelo- en honor a Nuestra Señora del Carmen, llamada comunmente Virgen del Carmen, patrona del mar, marineros y pescadores.

El día que nací, ya me esperaba la primera Carmen de mi vida. A lo largo de los años fui encontrando más… luego una Maricarmen; después otra Carmen; en la universidad otra; en Málaga dos Carmelas; hace pocos años llegó otra Carmen a mi vida y recientemente una Carme y una Carmeta, así que ya veis que mi vida está plena de Carmen.

Pero dejando aparte el tema religioso, a mí, lo que más me gusta de carmen es su etimología. Siempre se dice que carmen procede del latín canere que significa canto o poema, pero para derivar en carmen ha tenido que sufrir lo que los expertos lingüistas llaman eufonía, que no es otra cosa que la derivación de una palabra sin que cumpla las reglas gramaticales, con el fin de que fonéticamente, suene mejor.

Sin embargo, la procedencia de carmen la podemos encontrar en el término árabe karm que significa vid, viña y por extensión jardín, vergel, viñedo. Así pues, carmen podría considerarse una palabra en la que se ha producido una latinización de un término de origen árabe, no en vano los árabes estuvieron viviendo en la Península Ibérica durante 700 años y nos dejaron una gran riqueza lingüística, además de gastronomía, arquitectura, costumbres, etc..

Pero carmen no sólo es un nombre de mujer, no sólo es un canto o poema, no sólo es un jardín o vergel, también es un lugar -o mejor dicho- varios lugares geográficos. Es una localidad argentina, un distrito costarricense, y en México varios municipios responden a este nombre. Y claro, no podemos olvidarnos de la novela de Merimee, ni de la ópera de Bizet.

Así que -si después de todo ésto- no te has encontrado nunca con un/a carmen debe de ser que te has movido poco, o que no te has dado cuenta.

Chelo Puente, julio 2012