La librería de Chelo

Este es el blog de Chelo Puente, donde descubrirás algo sobre mí a través de las palabras escritas y leídas.


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Día Internacional del Libro


Cartel de Educavalkys

Cartel de Educavalkys

Como se acerca el día 23 de abril, Día Internacional del Libro, voy a comentaros algunas cosillas sobre la historia de este día que igual ya sabéis, pero por si acaso alguna persona no las sabe.

La idea original fue del escritor Vicente Clavel Andrés, y la propuso en 1923 a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona, donde vivía.

En 1926, Alfonso XIII firmó el Real Decreto en el que se promulgaba, el 7 de octubre, aniversario del nacimiento de Cervantes, la Fiesta del Libro Español. Poco después, en 1930, se instaura en España, definitivamente, la fecha del 23 de abril como Día del Libro, día en el que se creía que habían fallecido Cervantes, Shakespeare y Garcilaso de la Vega; y coincidiendo posteriormente, también en ese día, el fallecimiento, en 1981, de Josep Pla.

A partir de entonces comenzó -en Barcelona- la costumbre de regalar un libro el 23 de abril a las personas queridas, y como además coincidía en plena primavera, también regalaban una rosa los chicos a las chicas.

La Unión Internacional de Editores presentó la propuesta a la UNESCO, con el objetivo de fomentar la cultura y el 15 de Noviembre de 1995, la Conferencia general de la UNESCO aprobó la propuesta en París, siendo a partir de entonces el 23 de abril el Día Internacional del Libro. 

En España también se toma esta fecha para la entrega del Premio Cervantes, el mayor galardón dedicado a autores hispanos.

A partir de 2001, cada año una capital del mundo se convierte en Capital Mundial del Libro. Este año 2013 que se cierra ha sido Bangkok (Tailandia) y para 2014 lo será Port Harcourt (Nigeria).

Y así, esta tradición de regalar libros y rosas, que tan fuertemente había arraigado en Barcelona, y que poco a poco se fue extendiendo por toda Cataluña, fue uno de los argumentos utilizados por la UNESCO para declarar el 23 de abril el Día Internacional del Libro, y por ello, como lectora y como librera digo… ¡¡¡Gracias Barcelona!!!

abril, 2014 © chelopuente


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Quizá algún día


PREMIO EXCELENCIALlegué puntual a la cita que tenía previamente pactada, y ya me estaba esperando. Después de los saludos habituales, comenzó con sus preguntas, esas preguntas que le hacen saber qué es lo que quiero en cada momento, cuando ni siquiera yo misma lo sé, y es que eso es lo que distingue a un profesional excepcional del resto de sus colegas.  

Le explico cual es el evento, necesita saber hora, duración aproximada, cómo iré vestida, color, vestido, etc y después de escuchar todas mis respuestas y de recordar que no me gusta llamar la atención, se queda pensativo.

– ¿Le harás algo especial? -pregunta Sandra, su mujer- que cuida de mis manos.
– No, dejaremos su pelo natural, como ella. Dejaremos la melena pelirroja que brille lisa, que le acaricie el cuello y la espalda al aire… y cuando escucho ésto sé que me entregaré a él -estilísticamente hablando- en la seguridad de que nuevamente, no me defraudará. Entonces pienso que por ésto y otras cosas, un día le entregé mi fidelidad absoluta. 

Luciano llegó a España hace más de 25 años. Vino de vacaciones y se quedó, se enamoró y siguió quedándose, aunque sigue teniendo un marcado acento italiano. 

Yo le conocí hace al menos 15 años, por casualidad, como suceden esos encuentros que luego perduran, y desde entonces le visito cuando paso unos días por allí. 

Es un gran amante de la ópera y sabe que a mí también me apasiona, así que mientras se prepara para comenzar su trabajo, me pregunta: ¡Qué tal si nos ponemos a Pavarotti en Turandot?. Humm, magnífica elección, le digo, y me pongo en sus manos.

Cuando termina, siempre me mira y me dice que -según mi sonrisa- sabe si he quedado satisfecha, así que mi sonrisa es siempre la misma, de alta satisfacción. Cuando me voy a marchar, la despedida es casi un ritual. Yo le digo que cuándo se vendrá a instalarse aquí y él me contesta, y tú ¿cuándo te vendrás cerca de este mar que tanto añoras? y yo le contesto: quizá algún día, Luciano, quizá algún día…

marzo, 2014@chelopuente


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Una mañana de otoño


El Retiro en otoño Óleo sobre lienzo Isabel López Fernández

El Retiro en otoño
Óleo sobre lienzo
Isabel López Fernández

Madrid había amanecido con un precioso día de otoño, de sol espléndido sin una sola nube, en un cielo azul que quiso ver sin contaminación.

Tenía que ir a hacer una gestión oficial, y como siempre que tenía que ir a esa zona, iba andando, pero en lugar de bajar por la calle de Alcalá, con la falda almidoná, lo hizo cruzando por El Retiro. Siempre estaba precioso a primera hora de la mañana de un día laborable, fuera verano o invierno, primavera u otoño. Pero aquel día le pareció especialmente hermoso. A esas horas, apenas había gente… parejas de jubilados daban su paseo matutino; señores paseaban a sus perros; alguna mamá empujaba su carrito de bebé, o quizá fuera una niñera; el grupo de señoras asistía a su clase de tai chi; algún corredor se desfogaba haciendo footing; un joven con su traje de ejecutivo caminaba rápido a su lado, quizá en dirección al mismo sitio al que se dirigía ella.

Los rayos del sol se colaban entre las ramas de los árboles y le mostraban la paleta de colores más exquisita; los verdes brillaban, los marrones se mostraban casi rojizos, y de vez en cuando alguna hoja caía volando suavemente hasta llegar al suelo; las aguas del estanque brillaban a pesar de su estancamiento y una pareja de jovencitos remaba en una barca, quizá en una mañana de pellas; los barrenderos recogían las primeras hojas; los jardineros regaban… y ella seguía caminando impregnándome de toda esa belleza, y pensando que esos momentos la llenaban de felicidad, porque estas pequeñas cosas la hacían verdaderamente feliz. Por ello trataba de no perdérselas, porque están en el cielo, en el sol, en el mar, en una sonrisa, en un mensaje, en un café con una amiga, en una charla con un buen amigo, en unas manos que acarician, en un beso…

Cuando llegó al lugar donde tenía que hacer la gestión, el joven que la atendió creyó que le faltaba un documento, y cuando ella le contestó: bueno, creo que no es necesario porque los niños ya son mayores de edad, el funcionario le contestó con un encantador ¡uy, quién lo diría!, y ella estuvo a punto de prometerle amor eterno, pero no lo hizo, claro. Solo le dedicó un gracias acompañado de una tímida sonrisa, y es que -aunque pareciera mentira- a su edad, aún le sonrojaban estas cosas, aunque le hacían feliz.

febrero, 2014 © chelopuente

 


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Sirena o ballena


sirena y ballenaAhora que han pasado las fiestas seguro que algunos estamos con la duda de si debemos iniciar una dieta, antes de que la cosa vaya a mayores.

Hace unos días, al parecer, en una ciudad de Francia, un cartel -con una joven espectacular- en el escaparate de un gimnasio, decía:

 ¿QUIERES SER SIRENA O BALLENA?

Dicen que una mujer joven-madura, cuyas características físicas no han trascendido, respondió a la pregunta publicitaria en estos términos:

Estimados Srs :

Las ballenas están siempre rodeadas de amigos (delfines, leones marinos, humanos curiosos). Tienen una vida sexual muy activa, se embarazan y tienen ballenitas de lo más tiernas a las que amamantan. Se lo pasan bomba con los delfines poniéndose moradas de camarones. Juegan y nadan surcando los mares, conociendo lugares tan maravillosos como La Patagonia , el mar de Barens o los arrecifes de coral de la Polinesia. Las ballenas cantan muy bien y hasta graban CD’s. Son impresionantes y casi no tienen más depredador que los humanos. Son queridas, defendidas y admiradas por casi todo el mundo.arrecifes de coral

Las sirenas no existen. Y si existieran harían cola en las consultas de los psicoanalistas argentinos porque tendrían un grave problema de personalidad ¿mujer o pescado?.  No tienen vida sexual porque matan a los hombres que se acercan a ellas, además ¿por dónde?. Así que tampoco tienen hijos. Son bonitas, es verdad, pero solitarias y tristes. Además ¿quien querría acercarse a una chica que huele a pescadería?.

Yo lo tengo claro, quiero ser ballena.

PD : En esta época en que los medios de comunicación nos meten en la cabeza la idea de que solo las flacas son bellas, prefiero disfrutar de un helado con mis hijos, de una buena cena con un hombre que me haga vibrar, de un café con pastas con mis amigos. Con el tiempo ganamos peso porque al acumular tanta información en la cabeza, cuando ya no hay más sitio, se reparte por el resto del cuerpo, así que no estamos gordas, somos tremendamente cultas. Desde hoy cuando me vea el culo en el espejo pensaré, madre mía, lo lista que soy.

En fin! Una fábula que hay que tener en cuenta, aunque sin perder de vista las recomendaciones médicas que nos recuerdan que el sobrepeso puede generar problemas de salud, y siempre sin perder de vista la sensatez.


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Hoy me pongo el lazo rosa


lazo rosa

Hoy me pongo el lazo rosa, y lo hago por ti que estás en plena lucha, por ti que ganaste la batalla y por ti que te quedaste en el camino, porque con este gesto simbólico, os recuerdo a todos y cada uno de vosotros. 

Me lo pongo porque no voté al partido maligno que se dedica a recortar en sanidad y en investigación. Me lo pongo porque me lanzo a la calle a protestar por semejantes acciones, que van en contra del bienestar más básico, que es la salud. Me lo pongo porque soy donante… y por tantas cosas más.

No creas que me siento más solidaria que tú que no te lo pones, en absoluto… hoy me pongo el lazo rosa sólo porque quiero.

19 octubre, 2013 © chelopuente


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¿Los más vendidos son los peores?


best seller

El domingo pasado veía en el programa de televisión Página 2 una entrevista que le hacían a la escritora Julia Navarro, motivada por la publicación de su nueva novela Dispara, yo ya estoy muerto.

En esta entrevista, le preguntaban si creía que se estigmatizaba a los escritores que vendían mucho y ella contestaba que sí. Bien, pues yo también pienso que se les estigmatiza, aunque es absurdo hacerlo y se comporta de manera absurda la persona que lo hace. Un libro es bueno o malo independientemente de si se vende mucho o poco. Es más, me atrevería a decir que para cada persona un libro no es ni bueno, ni malo, simplemente, te gusta o no te gusta. Esto es algo que aprendí en mis tiempos de librera a pie de calle, cuando me pedían recomendaciones y aprendí a que éstas debían ir encaminadas a lo que yo pensaba que le gustaría a esa persona y que, en ocasiones, no coincidían en absoluto con mis gustos literarios.

Si un libro fuera bueno por venderse mucho, me vienen a la memoria algunos que -según mi opinión- no deberían haberse vendido, y lo mismo ocurre al contrario. He leído libros tan fascinantes, tan magistralmente escritos que deberían estar en leer por placerel primer puesto de los más vendidos, pero claro, esto es según mi criterio.

No obstante, saldré en defensa de aquellos libros que han llegado a millones de lectores -o mejor dicho, de personas que quizá no eran tan lectores- y que muchos podríamos pensar que no son buenos, si con ello, han sido capaces de enganchar en la lectura a algún lector descarriado. Y por el contrario, quién de nosotros se atrevería a decir que El nombre de la rosa es un libro malísimo porque ha vendido más de 50 millones de ejemplares, claro que El código da Vinci ha vendido 80 millones, bueno, pero El señor de los anillos ha vendido 150 millones de ejemplares, aunque Cincuenta sombras de Grey ha vendido más de 40 millones de ejemplares en poco más de un año, ahora puede que algunos de ellos se animen ahora a leer Madame Bovary…  

Mi recomendación hoy es -sobre todo- que huyamos de los tópicos y no caigamos en el snobismo tan vulgar de decir que un autor o libro es malo sólo porque vende muchísimo, o que un autor que no vende nada es buenísimo, porque escribe solo para elegidos.

En fin, que cada uno lea lo que quiera, sea archiconocido, conocido o desconocido, siempre que disfrute con ello. Es lo bueno de la diversidad literaria, que hay para todos los gustos.

¡¡Felices lecturas, amigos!!

octubre, 2013 © chelopuente


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Fan de la belleza


giocondaVolver a París y no visitar el Museo del Louvre sería un pecado casi mortal. Del mismo modo, entrar en el Louvre e ir a hacerle una visita a la Gioconda, es casi una obligación. Y no seré yo quien le reste méritos al archifamoso cuadro de Leonardo da Vinci, ni le reste calidad pictórica, ni nada por el estilo, pero sí que es cierto que me sigue sorprendiendo que, para poder saludar a la Gioconda, tengas que traspasar hasta cuatro filas de personas que se afanan por hacerse fotos con ella sin apenas dedicarle una mirada.

Pero de todo ésto, lo que más me sorprende es que, como decía anteriormente, un gran número de personas se agolpen alrededor de la Gioconda y apenas una o dos personas se detengan en el magnífico cuadro que tiene en frente, a pesar de su descomunal tamaño. Me refiero a Las bodas de Caná, de Paolo Veronese, llamado el Veronés.

OLYMPUS DIGITAL CAMERAEsta sensacional obra le fue encargada al Veronés para el refectorio del convento benedictino de San Giorgio, donde se colgó en 1563 y en cuya inmensa pared permaneció durante más de 200 años, hasta que Napoleón la sustrajo en 1797 durante la Campaña de Italia y se la llevó al Louvre donde sigue en la actualidad.

Fue una obra muy polémica en su momento, dado que se representa un pasaje del Evangelio -el primer milagro de Cristo- como si se tratara de una de las fastuosas fiestas venecianas de la época. Sobre un fondo de arquitectura renacentista a modo de telón teatral, las maravillosas figuras alrededor de la mesa destacan con sus lujosos ropajes, de aquellos colores que sólo el Renacimiento ha sabido plasmar en un lienzo… los verdes tornasolados, los rojos carmesí, los azules ultramar, reflejan obviamente una opulencia contraria a lo que debería haber representado un pasaje del Evangelio; al igual que destacan sus arriesgados escorzos.

En fin, que con esta reflexión quería pensar en que -a veces- nos dejamos deslumbrar por lo famoso y eso nos resta la oportunidad de disfrutar de la belleza menos famosa.

septiembre, 2013 © chelopuente