Desde la parada del autobús veo la Universidad aún vacía. Solo de vez en cuando algún alumno cruza por el campus, quizá ultimando los trámites finales de su matrícula, o escogiendo alguna asignatura de elección dudosa.
Hoy llueve y el cielo está muy gris, es un día preludio del otoño. A mí me asalta la nostalgia y el recuerdo de aquellos años, ya lejanos, cuando esperaba expectante el inicio de un nuevo curso universitario.