Hojeando el ejemplar de El retrato de Dorian Gray que tengo en mi biblioteca privada me he encontrado con este fragmento tan preciso y exacto…
«Quizá el amor pudiera cruzarse en su vida, purificándolo y protegiéndolo de aquellos pecados que ya parecían agitársele en la carne y el espíritu: aquellos curiosos pecados todavía informes cuya indeterminación misma les prestaba sutileza y atractivo. Tal vez, algún día, el rictus de crueldad habría desaparecido de la delicada boca y él estaría en condiciones de mostrar al mundo la obra maestra de Basil Hallward…»
Fragmento de El retrato de Dorian Gray
Oscar Wilde – Dublín, 1854 – París, 1900.
13 de enero de 2017 en 00:06
Genial Oscar Wilde, siempre es un placer leer sus libros; gracias amiga por recordarnos este bonito fragmento.
Un fuerte abrazo.
13 de enero de 2017 en 19:43
Cierto. Siempre es un placer releer.
Besos, querida Isabel.
13 de enero de 2017 en 15:18
su elegancia seguida de su observación sutil y exacta
13 de enero de 2017 en 19:45
Bonita definición y muy certera.
Bienvenido a este rincón donde siempre serás bien recibido.
13 de enero de 2017 en 21:34
aprecia por favor mi sitio ,es un placer venir al tuyo