La librería de Chelo

Este es el blog de Chelo Puente, donde descubrirás algo sobre mí a través de las palabras escritas y leídas.


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La bolsa de lana azul 1


 

El miércoles 16 de diciembre me llegó el ejemplar de prueba de:

LA BOLSA DE LANA AZUL 

Rápidamente me puse, boli rojo en mano, a realizar la última revisión sobre el papel de mi primera novela

El sábado por la tarde envié el archivo definitivo después de las últimas correcciones
Ayer recibí la respuesta:

«Congratulations!
Your interior and cover files for La bolsa de lana azul, #5832225
meet our technical requirements for printing.
The next step in the publishing process is to proof your book…»

Y al igual que, según cuentan,
Suetonio le dijo a Julio César cuando se disponía a cruzar el Rubicón,
yo digo lo mismo…

ALEA JACTA EST.

 

Portada del libro

Portada del libro


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Hasta aquí hemos llegado


Portada del libro

Portada del libro

HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO

Petros Màrkaris

Edit. Tusquets

En una Atenas sumida en la pobreza, aparece muerto Andreas Makridis, un alemán de origen griego que había decidido instalarse en Atenas y abrir una empresa de energía eólica. Aunque al parecer Makridis se ha suicidado, un grupo de nuevo cuño, los «Griegos de los Años Cincuenta», reivindica su asesinato.

El comisario Kostas Jaritos se hará cargo de la investigación, al tiempo que su hija Katerina, que como abogada defiende los derechos de unos inmigrantes africanos, sufre una brutal agresión al salir de los juzgados a manos de varios miembros del cada vez más nutrido partido neonazi Amanecer Dorado.

Petros Markaris, 1937

Petros Markaris, 1937

Mientras Katerina se recupera de la agresión, se descubre un segundo cadáver, el de Jronis Nikitópulos, propietario de una academia privada, que aparece muerto de un tiro en la sien, disparado con una vieja Smith & Wesson, como las que el ejército norteamericano proporcionó a los militares griegos después de la guerra civil. Y, de nuevo, los «Griegos de los Años Cincuenta» reivindican esta muerte. Pero el cadáver de Nikitópulos no será el último que se descubra.

Como en todas las novelas protagonizadas por el comisario Kostas Jaritos, la trama se mueve entre algún caso de asesinato que tiene que investigar y la situación socio-política de la Atenas actual. La crisis económica, la xenofobia, los partidos políticos emergentes, la pobreza… en fin, la vida misma de la ciudad de Atenas que Petros Markaris dota de gran protagonismo, convirtiéndola en un personaje más de la novela. 

Hasta aquí hemos llegado forma parte de una serie de novelas que Markaris ha dedicado, como decía antes, a la situación socio-política de Grecia. En cada una de ellas ha puesto su punto de atención a uno de los grandes temas que han maltratado tanto la sociedad griega:  la banca, la evasión fiscal y la generación de los políticos que les metieron en esta descomunal crisis.

Dice Markaris que le faltaba centrar su atención en la gente y a la gente ha dedicado esta cuarta novela que hoy os recomiendo si queréis sumergiros en la vida ateniense actual.

¡Felices lecturas, amigos!

 


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Historia de un abrigo


Portada del libro

Portada del libro

HISTORIA DE UN ABRIGO

Soledad Puértolas

Edit. Anagrama, 2005

 

La mujer que busca en los armarios de sus hermanas y su padre viudo el abrigo que había pertenecido a su madre señala, en el itinerario de su búsqueda, las pistas por donde transcurrirán otras historias. Los momentos de gloria de un fotógrafo profesional que tuvo que dejar la fotografía para sacar adelante a una familia numerosa, los sueños y tribulaciones de los adolescentes, la pérdida de la memoria, la soledad de una madre que se siente rechazada por su hijo, la dificultad de hacer frente a las enfermedades, la perplejidad de la edad madura, el precio de las aventuras clandestinas, el anhelo del viaje, la hostilidad de los territorios desconocidos, la irrupción de la luz en medio de la oscuridad, la curiosidad que inspiran los vecinos, las dudas antes de tomar una decisión…

Los personajes están inmersos en una similar atmósfera moral. De una forma u otra, buscan definirse, saber quiénes son. Reivindican sus historias personales en el contexto caótico de un mundo regido por valores que no pueden satisfacer sus secretas ambiciones y donde es sumamente difícil labrar la identidad.

Un abrigo, algo muy personal, material, casi insignificante, tiene su historia, que no es la de las guerras y los tratados internacionales. Es la historia que no suele ser visible, la historia en la que nos toca definirnos todos los días, sin excepción, la historia que nos forja, una historia que se compone de multitud de historias.

Soledad Puértolas

Soledad Puértolas

En esta espléndida novela, Soledad Puértolas se enfrenta a la difícil tarea de trazar un cuadro, cargado de emoción, de los valores morales de nuestra época. Mientras seguimos los pasos de los personajes, sentimos que conocemos algo más de la vida indescifrable, que una historia es siempre parte de otras y que, aun en esta época convulsa y desorientada, la vida, como siempre, nos abarca y nos contiene.

Se trata de una novela corta, de no más de 200 páginas distribuidas en quince capítulos que encierran la vida y relaciones entre sí de treinta personajes que, a medida que nos vamos acercando al final, se van entrelazando entre ellos. Es cierto que al lector se le requiere una atención especial para recordar o volver atrás para saber quién es el personaje al que se refiere, cuando éste apareció únicamente en el capítulo dos, por ejemplo.

En Historia de un abrigo, la escritora Soledad Puértolas nos cuenta la historia en primera persona, a través de la visión de una mujer conocedora del mundo interior de sus personajes: de sus miedos, sus soledades y sus fracasos. De ellos sólo parece salvarse Palmira, la mujer del portero de la casa donde había vivido toda la familia. Sólo ella parece haber encontrado la forma de vivir en paz con el mundo, esa paz y esa ilusión que les falta al resto.

No sé si es porque la autora es una mujer, pero creo haber notado una especial atención en la definición de los personajes femeninos, mientras que en los masculinos no ha profundizado tanto. 

En mi opinión es una gran novela que desgrana el mundo interior de las personas, con un despliegue de personajes inaudito que sólo una gran escritora puede conseguir.

Os recomiendo su lectura porque os proporcionará unos ratos disfrutando entre sus líneas.

¡Felices lecturas, amigos!


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Manteniendo la llama del amor


velaCuando yo tenía mi librería en Madrid, había estado en la Feria del Libro y una noche cuando regresaba a casa desde la librería, venía yo sentada en el Metro, distraída pensando en mis cosas.
De pronto un chico joven, como de treinta años, se sentó a mi lado y se me quedó mirando con muy poco disimulo…
– ¡Yo te conozco! – me dice con alegría.
– No sé, pero yo creo que no -le contesté de mala gana.
– Sí, sí… estoy seguro. ¿A que tú estuviste en la Feria del Libro?
– Sí.
– ¿A qué tú eres la de la caseta 162?
– Sí –le contesté sin ganas de hablar.
– ¿No te acuerdas de mí? -me dijo extrañado.
– Lo siento, pero no. No me acuerdo de ti.
– ¿Te acuerdas del chico de los Cuentos japoneses? -me preguntó con una gran sonrisa.
– ¡Síííííí, claro que me acuerdo! ¿eres tú? -le dije más amigable.
– ¡Claro!
Portada del libro– Lo recuerdo perfectamente. Viniste una tarde con tu novia y estuvisteis mirando el libro, pero no lo comprasteis. A ella le gustó muchísimo. Luego, volviste otro día tú sólo a comprarlo, pero no me quedaba ningún ejemplar. Te lo pedí a la librería y volviste tres días después a recogerle. Se lo querías regalar a tu novia y yo te dije que era un magnífico regalo, porque a ella le había fascinado. ¿A qué fue así?.
– ¿Cómo puedes acordarte de todo eso y no te acuerdas de mi cara? -se sorprende.
– Porque me acuerdo de lo importante. Bueno, y dime… ¿le gustó el regalo? -le digo riendo.
– ¡Buff. No sabes el éxito que tuve!
– Así que te lo agradeció convenientemente ¿no es cierto?.
– Ya lo creo que me lo agradeció -me dijo con picardía. Pero yo es que a las tías (palabra suya) a veces no os entiendo. Le regalo los Cuentos japoneses, y es como si le hubiera regalado un tesoro -se sorprendió.
– No es difícil de entender. No solo le regalaste el libro, le regalaste un gesto especial, tu interés por agradarla, tu esfuerzo por volver a por el libro, tu atención al percibir que a ella le había fascinado, le regalaste un poco de magia -le expliqué.
– Ostras! ¿Y todo eso le he regalado con 15 euros? -me dijo sorprendidísimo.
– ¡Todo eso! -le dije riendo.
Llegué a mi estación, nos despedimos y subí las escaleras todavía sonriendo y mientras pensaba que había contribuido a mantener la llama del amor.


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Mi cara


Gloria Fuertes, 1917-1998

Gloria Fuertes, 1917-1998

 

El pasado viernes 27 de noviembre
se cumplieron 17 años de la muerte de

GLORIA FUERTES

la poetisa que nos regaló una magnífica
poesía para niños, como este poema.

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MI CARA

En mi cara redondita
tengo ojos y nariz,
y también una boquita
para hablar y para reír.

Con mis ojos veo todo,
con la nariz hago achís,
con mi boca como como
palomitas de maíz