Tenía 87 años y siempre se le veía aferrado a su pipa.
Esta mañana hemos sabido de su muerte y la literatura se ha puesto de luto por él.
Ya no volverá a regalarlos historias como la de Oscar Matzerath
y sus delirios de locura, en El tambor de hojalata,
ni le volveremos a ver con su pipa e la mano.
Buen viaje, Günter Grass!

Günter Grass, 1927-2015
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Aprender
que con certeza, nada tengo que no me des,
a conseguir que el corazón se conmueva siempre por el frágil gesto
de la belleza.
Aprender que sólo soy si tú existes, y es esta la medida que quiero y me define.
Aprender para saberse desprender, he aquí el viejo secreto. Aprender...
(Fragmento de "Aprendre", poema de Lluis Llach)
13 de abril de 2015 en 16:51
Buenísimo , tu post , gracias, Chelo!
13 de abril de 2015 en 17:10
Besitos, Anna.
18 de abril de 2015 en 17:51
Nos damos cuenta de que son mortales cuando se van…
Un beso, querida Chelo!
21 de abril de 2015 en 16:20
Mortal es la persona e inmortal su obra.
Un beso, querida Bárbara.