Querido amigo ¿cómo estás?
Hace unos días que no te escribo ¿verdad?
Hoy te envio este mail para que tengas constancia de un tema relevante. Te voy a contar el cuento más corto y más bonito que has leído en tu vida, ya verás y ya me dirás lo que te parece este inusual cuento.
Había una vez una muchacha que le preguntó a un chico si se quería casar con ella. El chico le contesto que No y la muchacha vivió feliz para siempre. Sin lavar, ni cocinar, ni planchar para nadie. Saliendo con sus amigos, acostándose con quien le daba la gana, gastando su dinero en sí misma y sin trabajar para ninguno… y así vivió feliz comiendo perdices, o lo que le daba la gana».
Pero ¿sabes cual es el problema, querido amigo? El problema es que de pequeñas, no nos contaban estos cuentos. Y nos fastidiaron ¡¡con el dichoso príncipe azul!!
Te mando un besote grande y otro día te cuento otro cuento.
20 de marzo de 2015 en 00:25
Que razón tienes…..sp buscando al príncipe azul. Aunque nos sepamos el cuento, seguimos buscando. Besos de….suertuda tu, que tienes al azul a tu lado. 😉
20 de marzo de 2015 en 09:48
Es bonito soñar con el príncipe azul, pero sin obsesionarse.
Besos azul primaveral.
20 de marzo de 2015 en 00:34
El principe azul es una ilusión como tantas y acabar planchando y cocinando para alguien una relación mal gestionada ya sea con un principe o con una rana. Hay principes rosas, verdes, amarillos y rojos que plancharan y cocinaran para ti si gestionas bien tu relación. Saludos.
20 de marzo de 2015 en 09:50
Lo mejor es mantener una relación de igualdad, sea con el príncipe azul o con la princesa verde.
Un saludo.
20 de marzo de 2015 en 13:36
Cierto, la verdad es que eso suena mucho mejor. aunque pienso que la igualdad es una quimera porque el hombre esta en la vida en un segundo puesto y siempre guardara cierto rencor. Rencor de perdedor ante la grandeza de la mujer. Un abrazo!
20 de marzo de 2015 en 15:18
Es algo que se consigue día a dia, con la educación a los niños y niñas.
20 de marzo de 2015 en 10:04
.
Decía Marco A. Almazán: Se dice que existen tres clases de testigos: Los que han visto bien, pero dudan de lo que han visto. Los que han visto mal, pero creen haber visto bien. Y los que no han visto nada y aseguran haber visto todo.
Yo esta noche he soñado que estaba en Londres y me subía a un autobús de tres pisos… pero no me líes que lo que yo venía a preguntarte es ¿Existen las Princesas Azulas…? Por saber, digo.
Un beso de los de eclipse total. ¿como que no lo ves? Cierra los ojos… cierra los ojos…
20 de marzo de 2015 en 10:09
Existen, Josep, aunque el dia a día a veces impide ver que la tienes a tu lado.
Totalmente nublado, imposible ver el eclipse con los ojos abiertos.
Besos primaverales.
20 de marzo de 2015 en 11:45
Ja, ja, la versión verdadera de los cuentos tarda en llegarnos.
Besos.
20 de marzo de 2015 en 12:07
Ay los cuentos y sus diferentes interpretaciones! !
Besos, príncipe azul 🙂
20 de marzo de 2015 en 11:54
jijiji! qué precioso cuento y lo bueno si breve, dos veces bueno. como dicen por esta tierra de acogida » eu creer non creo, pero habelos hainos»…eso sí, abstenerse si no son azules, jajaja. muxu querida chelo!!!!!
20 de marzo de 2015 en 12:04
Eso por supuesto! ! O se es príncipe azul o si no, mejor proletario 😀
20 de marzo de 2015 en 12:20
Muchas gracias Chelo por este recordatorio. Yo siempre digo que los cuentos terminaban «antes de la boda» y así uno se imaginaba un tiempo feliz.
Un abrazo y buen fin de semana.
20 de marzo de 2015 en 15:17
Buen fin de semana, Isabel.
20 de marzo de 2015 en 14:06
Si me hubiesen contado este cuendo de pequeña, ahora estaría llevando un gran negocio, tendría la casa de mis sueños, y mi tiempo libre sería solo mío. Ahora bien, si me sintiese sola o no, eso lo sabría el príncipe azul, tras la puerta de mi casa, espiando mi felicidad. Porque nos siguen para comerse también ellos las perdices, amiga mía 😉 !
Un cuento muy bonito, por cierto! Abrazos.
20 de marzo de 2015 en 15:20
Eso es lo importante, Carmen, caminar en paralelo, compartiendo todo.
Un abrazo.
20 de marzo de 2015 en 20:02
En ese tiempo , que hacia una pobre princesa sin su príncipe?
Ahora que las princesas estudian , viajan , trabajan y conocen a mucha gente…..A quien le interesa un príncipe?
Mucho mejor un compañero de colegio o de trabajo , un hombre sin títulos ni corona pero que camine en paralelo con nosotros , como dice Chelo!
20 de marzo de 2015 en 21:50
Así es, Anna. Tu comentario es muy, peto que muy acertado.
Un beso y buen fin de semana.
20 de marzo de 2015 en 20:47
Pues vaya chasco,y yo que pensé que… bueno, lo cierto es que yo creo que el príncipe, sea del color que sea, debe caminar a nuestro lado. Ni delante, ni detrás.
Besetes, Chelete.
20 de marzo de 2015 en 21:55
Tú lo has dicho, Maria, caminar en paralelo para crecer los dos juntos.
Besitos lluviosos.
22 de marzo de 2015 en 19:45
Me gustan los príncipes azules, sus cuentos, sus historias…, para avisar de que eso es MENTIRA. Que lo importante es saber valerse por sí misma y si alguien está a tu lado compartiendo, muy bien, pero si no aparece…, no pasa nada porque la realmente princesa azul eres TU. Un saludo.
22 de marzo de 2015 en 19:53
Totalmente de acuerdo contigo.
Un saludo.
25 de marzo de 2015 en 13:16
¡Buenísssimo!!! Sencillamente genial !
Un besazo.
25 de marzo de 2015 en 18:08
Jajajaja, qué entusiasmo!!