Un miércoles más para recordar al gran poeta barcelonés
JOSÉ AGUSTÍN GOYTISOLO
aquel que se refugió en la poesía tras la muerte de su madre en un ataque aéreo.
Su poesía ha sido divulgada por el cantautor Paco Ibáñez
y con su música ha llegado a todos sus poemas.
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EL OFICIO DE POETA
Contemplar las palabras sobre el papel escritas, medirlas, sopesar su cuerpo en el conjunto del poema, y después, igual que un artesano, separarse a mirar cómo la luz emerge de la sutil textura.
Así es el viejo oficio del poeta, que comienza en la idea, en el soplo sobre el polvo infinito de la memoria, sobre la experiencia vivida, la historia, los deseos, las pasiones del hombre.
La materia del canto nos lo ha ofrecido el pueblo con su voz. Devolvamos las palabras reunidas a su auténtico dueño.
«Faltan unas horas para la medianoche. Por fin, después de varias tentativas, Amalia ha logrado a sus 65 años ver cumplido su sueño: reunir a toda la familia para cenar en Nochevieja. Una madre cuenta la historia de cómo Amalia entreteje con su humor y su entrega particular una red de hilos invisibles con la que une y protege a los suyos, zurciendo los silencios de unos y encauzando el futuro de los otros. Sabe que va a ser una noche intensa, llena de secretos y mentiras, de mucha risa y de confesiones largo tiempo contenidas que por fin estallan para descubrir lo que queda por vivir. Sabe que es el momento de actuar y no está dispuesta a que nada la aparte de su cometido».
Esto que he escrito anteriormente es parte de la reseña que viene en el libro, es parte del LIBRO. Sí, con mayúsculas porque es un libro grande en todo su contenido.
Alejandro Palomas Barcelona, 1967
Una madre es la primera novela que leo de Alejandro Palomas, pero tengo la seguridad de que no será la última porque me ha dejado absolutamente fascinada, porque me fascinan los escritores que dan vida a unos personajes tan humanos y tan reales, como lo hace Alejandro Palomas y que hace que el lector se lance a tumba abiertaa involucrarse en la historia.
Un mar de sentimientos se van sucediendo a medida que avanza la lectura. En algunos momentos son tan intensos que hacen que se te forme un nudo en el estómago, que sube hasta convertirse en alguna lágrima furtiva, por ser tal su intensidad. Pero, de forma magistral, se convierte en una sonrisa, incluso en alguna que otra risa con las ocurrencias de Amalia cuando intenta -como ella misma dice- llenar de ruido el momento.
El hecho de que toda la novela se desarrolle durante la noche de Nochevieja me parece que tiene un toque simbólico. Es el final de un año de aciertos y desaciertos, de alegrías y tristezas y al mismo tiempo, es el año que comienza cuando -de madrugada- el cielo se tiñe de esos tonos azulados y violetas que anuncian un nuevo día por vivir. Ese cielo de la ciudad de Barcelona «acogedora y esquiva», como dice la reseña, en la que viven Amalia, sus tres hijos -Silvia, Emma, y Fer- el tío Eduardo, que vive en Lisboa y que está íntimamente unido a ellos- y Olga, la pareja de Emma. Todos miembros de una familia normal, aunque a algunos puede parecerles que no es tan normal, porque han vivido acontecimientos que les hacen ser tremendamente humanos y sobre todo, por encima de todo, están unidos por el amor que se tienen entre sí.
Una novela muy, pero que muy recomendable. De esas que te gustaría volver a saber de los personajes, de como les va la vida, de su deambular por ella, de volverte a sumergir entre sus líneas, porque entre ellas sabes que volverás a encontrar al Alejandro Palomas poeta, porque hay fragmentos que son pura poesía.
¡No dejéis de leerla, amigos!
P.D. Si algun@ desea tenerlo, lo tengo en la librería
Hoy, 20 de noviembre,
se celebra el DÍA INTERNACIONAL DEL NIÑO para recordar a todos los niños del mundo, sobre todo a los que sobreviven en condiciones extremas de pobreza e indefensión. ¡Ojalá algún día todos los niños sean tan felices como mi nena preciosa!
Demonios familiares es una breve historia de amor y amistad, de traiciones y culpabilidad que transcurre en una ciudad provinciana española durante el año 1936 y cuya protagonista es una joven -Eva- que vive en un antigua casona de la ciudad junto a su padre, Yago y la anciana Mada, que ha cuidado de ella toda la vida, ya que su madre murió al nacer Eva.
El libro comienza cuando Yago -por iniciativa del Coronel- va a recoger a Eva del convento donde vive -a sus 16 años- como postulanta a monja, cuando la Guerra Civil comienza y su padre teme por su seguridad. Está dividido en dos partes: La ventana de los halcones, donde se va presentando la vida sencilla de Eva, reducida a su círculo familiar, a una infancia y adolescencia obedientes. Es aquí donde Ana María Matute denuncia lo que fue la infancia de las niñas de su generación, basadas en la obediencia, falsedad y desconocimiento con que habían crecido los niños de su época.
Ana María Matute Barcelona, 1925 -2014
En la segunda parte: Vértigo, se desvela el secreto que ha envuelto toda la vida de Eva. Aquí los protagonistas de la historia son los jóvenes, la amistad entre Yago y Berni o el drama en que se ve envuelta la vida de la joven Jobita y, así, poco a poco, la vida solitaria de Eva se va entretejiendo con los antiguos lazos de amistad que le unían a Jobita, la hija del farmacéutico amigo de su padre, el Coronel.
Como seguramente sabréis, Demonios familiares es la última novela de Ana María Matute, que no llegó a terminar porque murió antes de hacerlo. Sin embargo, la historia está perfectamente entrelazada y desarrollada, si bien se echa en falta una continuidad de la historia y un final.
El propio Pere Gimferrer, en el prólogo, indica las referencias de Demonios familiares con otras obras de la autora, como Luciérnagas, Primera memoria y sobre todo Los hijos muertos.
También tiene un epílogo, en el que María Paz Ortuño nos va contando -de forma detallada- las circunstancias en las que fue escrita esta novela, que la muerte de la autora impidió su terminación. Aun así, leerla es una delicia que nos desvela ese mundo mágico en el que, Ana María Matute, envolvía a todos sus personajes.