No sé si os conté que hace un par de semanas iba a ir a ver a la Sala Muntaner de Barcelona, El chico de la última fila, del escritor Juan Mayorga y cuya obra teatral ha dirigido magníficamente Víctor Velasco. También había prometido dejar mi opinión sobre ella, pues bien, aquí va, que con el ajetreo de Sant Jordi no había podido escribirla.
Un profesor de literatura francesa (Miguel Lago), hastiado por las decepcionantes redacciones de sus nuevos alumnos, descubre entusiasmado que, por el contrario, el chico que se sienta al fondo de la clase (Óscar Nieto), muestra en sus trabajos un agudo y sutil sentido de la observación. Este chico, que se siente extrañamente fascinado por la familia de uno de sus compañeros, comienza a escribir -alentado por el profesor- una especie de novela por entregas sobre la familia de su compañero, en cuya casa es amablemente aceptado por los padres como el amigo de su hijo. Sin embargo, poco a poco va introduciendo también aspectos de la vida del profesor y de la mujer de éste (Olaia Pazos).
Principalmente trata la relación entre alumno y profesor, entre los que se establece un vínculo de una gran intensidad y al mismo tiempo muy peligroso. El placer de asomarse a la vida de los demás y el hecho -muy discutible- de que este alumno se dedique a airear las intimidades de su compañero y su familia, es otro de los temas que subyace en esta espléndida obra, además de abordar las relaciones padres-hijos, la polémica sobre la autenticidad del arte contemporáneo (la mujer del profesor regenta una galería de arte contemporáneo) y sobre todo el inmenso riesgo de confundir la ficción con la realidad.
Tras una apariencia de chico bueno, se esconde Claudio, este alumno pleno de carencias afectivas. De aspecto tímido e inocente, en su interior se esconde una persona cuya actuación llega a ser letal. De esa idea de escribir sobre la vida de los demás, nadie saldrá indemne, cada uno resulta gravemente herido por ese cuchillo que empuña a modo de bolígrafo, con el que escribe esta demoledora historia.
Sobre los actores solo puedo decir que su interpretación es impecable, cargada de toda la emoción e intensidad que trasmite el texto de Mayorga y que espero tengan todo el éxito que merece su magnífico trabajo.
Solo hubo un aspecto que ensombreció un poquito este momento mágico -como le comentaba a la salida a la genial Olaia Pazos (mujer del profesor)- y es que este invierno había visto En la casa, la película que François Ozón hizo sobre este texto de Mayorga, con lo cual, conocía ya la historia. Sin embargo, nada como una interpretación teatral así, en vivo y en directo, para captar toda su intensidad.
¡La vida es puro teatro, amigos!
abril, 2014 © chelopuente
28 de abril de 2014 en 07:33
Cachuentó…! Poco puedo añadir después de tu completa reseña. Me gustó mucho la proximidad en la sala y la puesta en escena. Me encantó la interpretación detallada de todos los personajes. Y aunque yo también había visto la película el teatro tiene matices que el cine no puede llenar.
Ni que decir tiene que ser abrazado y besuqueado por la Senyureta Pazos, le puso broche final a la noche de teatro.
Un beso de esos de los de lunes intenso… a los que se les podría hacer una extensa reseña…. no digo más, que soy tímido.
28 de abril de 2014 en 10:09
Para mí el teatro tiene una magia de momento instantáneo que no tiene el cine, por eso disfruté tanto con esta representación, aunque ya conociera la historia.
Tendremos que seguir a estos chicos para ir a verlos cada vez que pasen por aquí, verdad Josep.
Besos de lunes lunero cascabelero.
28 de abril de 2014 en 10:21
Ya sabes que yo me apunto a todo lo que se mueve…!
28 de abril de 2014 en 10:23
Pues anotado quedas 😀
28 de abril de 2014 en 10:24
🙂
28 de abril de 2014 en 10:29
ains yamanfichao…!
28 de abril de 2014 en 10:32
Pero es para unos momentos preciosos, pero vamos, si quieres te borro… 😀
28 de abril de 2014 en 10:41
niseteocurraborrarme dená dená…!
28 de abril de 2014 en 10:49
Fvaaaaleeee, no te borro denádená 😀
28 de abril de 2014 en 08:10
Buen día Chelo. Me pasa lo que a Josep, que poco se puede añadir. Lo has contado todo pero que muy bien…he tenido la suerte de verles en varias representaciones y la verdad, tanto el texto como la interpretación, así como la estupenda y original puesta en escena me parecieron magníficos. Encima abrazo de la encantadora senyureta Olaia, jo! qué suertudos que sois. Muxu Chelo.
28 de abril de 2014 en 10:12
Como le decía a Josep, querida Marisa, estaremos al tanto para verles cada vez que vengan a Barcelona.
Es verdad que somos suertudos y que no perdimos la ocasión de charlar unos minutos con Olaia Pazos que además de una magnífica interpretación en la obra, nos regaló un abrazo.
Muxus rumbo al norte a la izquierda, todos para ti.
28 de abril de 2014 en 08:23
Te estaba leyendo y pensaba, como se parece el argumento a esa película francesa que vi, cual era? A sí, En la casa. Y justo acabo de pensar esto cuando tú me resuelves la incógnita, no sabía que se basaba en la obra de este autor.
Que suerte poder ver esta interpretación en directo y poder disfrutar de esta puesta en escena.
Un abrazo muy fuerte y un besito 😊😊
Cristina
28 de abril de 2014 en 10:15
Te ha pasado como me pasó a mí, Cristina, al empezar a ver la obra, pero después fue mucho más que la película. La proximidad, la puesta en escena y la intensidad de cada momento representado sólo lo encuentras en el teatro.
Beso y abrazo lunero.
28 de abril de 2014 en 12:33
Pues sería bueno ir a verla.
Abrazo muy fuerte y besitos Par a ti Chelo
28 de abril de 2014 en 12:18
No sabía que se llevó al cine.
A mi me encanta el Teatro.
Esta obra la ví en el 2012 y me gustó bastante, aunque no comento todas las obras que veo, sobre esta si que lo hice, aunque de manera un poco tosca, no se me da demasiado bien la critica teatral. 😦
http://viendoteatro.wordpress.com/2012/05/08/el-chico-de-la-ultima-fila/
Qué suerte, besar y departir con los actores. 🙂
Besos teatrales.
28 de abril de 2014 en 12:35
Bien, pues a mi me parece que está muy bien tu crítica de El chico de la última fila, porque transmite las sensaciones que percibiste al ver su representación.
A mí también me encanta el teatro, tiene una magia especial poder vivir instantes diferentes en la misma escena.
Besos teatrales (pero sinceros) 🙂
28 de abril de 2014 en 14:20
Muchas gracias Chelo!!!! con público como ustedes, da gusto, todo tiene sentido. muchos besos!!!
28 de abril de 2014 en 14:45
Me considero bastante exigente como público de cualquier acto cultural, al mismo tiempo que objetiva, todo lo objetiva que se puede ser cuando se habla de expresión y belleza.
En el caso de vuestra interpretación, me pareció magnífica.
Muchos besos y muchos éxitos.
28 de abril de 2014 en 18:47
Qué suertudos como ha dicho alguien por arriba!!!!!!!!!, Últimamente no voy al teatro, ante iba bastante… tampoco voy al cine, me habré de reciclar. Estoy leyendo el libro de Máximo Huerta (jijiji mi tocayo aunque sólo sea de apellido), gracias es muy interesante.
Besos, NO de los que manda «el tímido», pero de los buenos.
2 de mayo de 2014 en 21:52
Sí que fue una suerte poder charlar un ratito con la encantadora Olaia Pazos, además de lo que disfrutamos con sus interpretaciones.
Besetes.
28 de abril de 2014 en 18:48
Joooooooooooooooo… me parece que no ha salido mi comentario, mira si está en spam como le pasó a Francisco Javier….
2 de mayo de 2014 en 21:53
Ya están, ya están todos recuperados, pero gracias al mail que me ha puesto sobre aviso, porque no salía ninguno de tus comentarios, ni siquiera los que decías que no salían tus comentarios 😦
29 de abril de 2014 en 06:23
Dan deseos de montarse en un avión e ir a verla. Me gusta mucho el cine, pero el teatro tiene una magia íntima y efímera que lo hace más trascendental. Más de dos mil quinientos años de historia occidental y no bajan los telones. Por algo será…
29 de abril de 2014 en 11:42
Será porque, en definitiva, la vida es puro teatro y porque en sus representaciones se muestran las pasiones del ser humano.
30 de abril de 2014 en 10:06
Magnífica crítica teatral, Chelo.
No he visto la obra, pero después de leerte, me has despertado la curiosidad.
Además, conocer a los actores y poder charlar con ellos, es un aliciente añadido.
Gracias por ayudarnos con estas entradas tan perfectas.
Besines y besines…
30 de abril de 2014 en 18:05
Te hubiera gustado, María.
Una lástimas que creo que ya no están en Barcelona.
Un beso enorme.