Cuando publiqué la primera entrada de esta sección que denominé ALBERGAN LIBROS, pensé que por aquí pasarían las mejores librerías y bibliotecas del mundo. Unas destacarían por los ejemplares-joyas que atesorarían, otras por estar ubicadas en edificios espectaculares y otras destacan por sí mismas, por que cumplen una gran labor.
Por todo ello, hoy me gustaría destacar La carreta literaria, una acción que lleva tiempo deleitando a los lectores de Cartagena de Indias y que nos mostró con una delicadeza excepcional el blog palabrasaflordepiel, de forma que os dejo aquí sus fotos y su texto. Para Danioska tengo todo mi agradecimiento por este préstamo y para vosotros, queridos amigos, la recomendación de que no perdáis la oportunidad de pasearos por su blog, estoy segura de que me agradeceréis la sugerencia.
“Prestar libros es como el amor,
hay que perderle el miedo”
Se llama Martín Murillo. Lo conozco a mitad de Cartagena de Indias, en plena Plaza Bolívar. Mientras a mi novio le bolean los zapatos, yo deambulo y me topo con su Carreta Literaria, isla de libros a medio parque.
Fascinada, me acerco a conversar. De barba cana y playera con logotipos de sus “sponsors”, desde hace siete años se dedica a promover loslibros: hace lecturas dramatizadas en escuelas, invita a gente famosa a leerle a los chicos y en su carreta presta títulos por las plazas y pueblos de Colombia. Se autollama “leedor”, lleva el entusiasmo en los ojos. “Es mi trabajo, pero sobre todo es lo que más me gusta en el mundo. Esto no se sostiene si no es por pasión, la que tengo por los libros”. Entre sus patrocinadores está la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, de García Márquez, un canal de televisión, una editorial. Entre todos lo sostienen y él se dedica a acercar gratuitamente volúmenes a la gente. Así de fácil. O de difícil.
Mi asombro va en aumento. No es un improvisado, tiene bien armado su proyecto. Tuitea sus actividades (@LaCarretaesLeer), tiene un libro publicado y orgulloso me regala un volante en el que aparece retratado con Mario Vargas Llosa, Martín Caparrós, Jon Lee Anderson, García Márquez, hasta la reina Sofía. Luego me muestra fotos de la lectura que hizo ayer, en la escuela de un pueblo cercano, y me invita a acompañarlo el lunes, pero mi vuelo sale temprano. Parece un personaje de novela, tan mágico resulta.
Cuenta que estudió hasta quinto de primaria y de joven quería ser analista de la NBA, pero luego se dio cuenta que no tenía nada qué aportar. “Yo trabajaba vendiendo aguas en Cartagena y a partir de que la Fundación de Gabo me empezó a prestar libros, me di cuenta que eso sí podía hacer: hablarle a la gente de Por quien doblan las campanas, de La muerte de Artemio Cruz, de El amor en los tiempos del cólera, que cambian la vida. Eso sí estaba en mis manos”, subraya. Pero tengo una duda: qué si la gente no regresa los libros. “Esto es como el amor, hay que perderle el miedo y dejar de pensar qué pasa si…”.
Mi bendita suerte me llevó al que probablemente sea el personaje más fascinante de ésta, la ciudad más bella del mundo.
Texto y fotografías de palabrasaflordepiel con mi agradecimiento.