El primer lunes de Feria, nada más abrir los cierres por la mañana, se pararon en la parte de Infantil de mi caseta dos señoras octogenarias con su perro, y se quedaron un rato mirando los libros. Una le decía a la otra:
– ¡Qué maravilla de libros, qué ilustraciones, que preciosidad!. ¿Te imaginas que nosotras hubiéramos tenido estos libros en nuestra escuela? – le dice a su hermana.
– Es que nosotras, fuimos maestras -me dicen a mí- y en el mejor de los casos, teníamos un libro para toda la clase, y casi siempre era un libro nuestro, y me contaron cosas de cuando ellas eran maestras. De repente descubrieron un libro que llamó su atención.
– ¡Mira, mira!… este libro lo quiero tener yo.
Se refería a la antología poética Que tenemos que hablar de muchas cosas, que había editado Octaedro. Se lo querían llevar, pero no habían bajado ni dinero, ni tarjeta, así que les ofrecí dejárselo reservado para que pudieran recogerlo al día siguiente. Les di un folleto donde anoté el número de la caseta, para que no se olvidaran, y les recordé también que estábamos frente al Pabellón Infantil. Me lo agradecieron muchísimo y siguieron su camino, con un hasta mañana.
Al día siguiente, me extrañó que no vinieran las señoras a por su libro, pero pensé que vendrían más tarde. A eso de las doce y media, aparecieron delante de mi caseta…
– Ay, hija!!! por fin te encontramos!!!, me dicen.
– ¿Qué pasó? -les pregunto.
– Que nos dejamos el papel que nos diste en casa, y no nos acordábamos del número de la caseta, así que, venimos desde ahí abajo preguntando en todas las casetas… por una librera pelirroja!!
Me encantaron estas entrañables ancianas que me encontraron preguntando -caseta por caseta- por una chica pelirroja.
junio, 2010 © chelopuente
25 de febrero de 2014 en 07:48
Estas vivencias son la sal de la vida.
Que tengas un buen día Chelo 😊
Saludos!!
Cristina
25 de febrero de 2014 en 07:51
Buen martes, Cristina.
Besetes.
25 de febrero de 2014 en 08:40
qué encantadoras ellas y qué maja la librera pelirroja! besazo Chelo.
25 de febrero de 2014 en 11:23
Jajaja, la librera expelirroja!
Muxus, Marisa.
25 de febrero de 2014 en 11:52
Reblogueó esto en sara33ia.
25 de febrero de 2014 en 18:36
Que anécdota tan encantadora, Chelo.
Por cierto, ya estoy aquí!!!
Besetes a la librera actualmente rubia…
25 de febrero de 2014 en 21:08
Gracias, Maria.
Bienvenida von un beso.
26 de febrero de 2014 en 13:35
Síiii, yo me acuerdo de esa anéctota !! Qué entrañables las señoras !! La Feria ya no es lo mismo sin la Librera Pelirroja, jeje . muacks
26 de febrero de 2014 en 14:01
Gracias, Inma. Yo también lo echo de menos.
Besitos.
3 de marzo de 2014 en 09:27
Qué bonito que te busquen, aunque no me extraña. Un beso
3 de marzo de 2014 en 10:07
Fue una de las muchas anécdotas que se sucedían en aquellos días intensos de Feria.
Un beso.