ARDIENTE SECRETO
Stefan Zweig
Traducción de Berta Vias Mahou
Edit. Acantilado, 2011
Ardiente secreto se publicó por primera vez en 1911, editada por Insel Verlag. Se agotó rápidamente la primera edición de 10.000 ejemplares y fue elogiada por los críticos de la época, incluído el elogio del escritor Hermann Hesse. Posteriormente, continuó su éxito y ello hizo que se hiciera una tirada de 170.000 ejemplares. Sin embargo, tanto esta novela, como la obra completa de Stefan Zweig, estuvo incluida en la lista de quema de libros de los nazis de 1933, de modo que volvió a ser editada en Viena en 1938.
Un atractivo y seductor barón pasa unos días de vacaciones en Semmering y aburrido de la tranquilidad del lugar, entabla conversación con Edgar, un niño de 12 años -educado e inteligente- con el único propósito de utilizarle como vía para acercarse a su madre, una joven y bella judía, que pasa allí unos días de descanso con su hijo, pero sin su marido.
Sin embargo, lo que para el niño fue una ilusión, al entablar relación con un adulto, pronto se vuelve un tormento para el pequeño, que ve como -poco a poco- el barón deja de prestarle la más mínima atención, para dedicársela a su madre.
Si tuviera que destacar algún aspecto de esta novela sería la magnífica forma que tiene Zweig de describir la figura del seductor barón, así como la evolución que va apoderándose de Edgar hasta llevarle a un estado de indefensión total, pero que -al mismo tiempo- produce en él una transformación desde la infancia a la adolescencia, esa etapa cercana a la madurez donde se comparten los secretos de los adultos.
Lola Santiago de ABC ha dicho de ella… «Pequeña joya que reúne dentro de ella todo lo mejor del autor y que desde el principio logra atraparnos, seducirnos» y yo estoy totalmente de acuerdo con ella, porque en sólo 121 páginas -que se pueden leer de un tirón- ha ejercido en mí una especial fascinación. Por eso, queridos amigos, os recomiendo que no os la perdáis.
¡Feliz lectura, amigos!
enero, 2014 © chelopuente
17 de enero de 2014 en 09:49
Ya estamos…! Si es que no paras…! Que facilidad tienes para ponerme los dientes largos… sí, los dientes…!
Nota mental: Tomo nota de esta recomendación.
Besos de los de viernes con una sonrisa en los labios
17 de enero de 2014 en 10:30
Jajaja. Tu, tómatelo con calma, no te agobies, que hoy ya es viernes.
Un beso de fin de semana.
17 de enero de 2014 en 16:29
Hola Chelete,
Tantos libros por leer!!! Uno más para disfrutar.
Algún día me iré a una isla desierta con mis libros. Bueno y co alguna persona más, je, je.
Muchos besitos y buen fin de semana…
17 de enero de 2014 en 19:01
Cuánta razón tienes, Maria.
Besos y buen fin de semana.
18 de enero de 2014 en 08:07
Es un libro fantástico. Zweig es maravilloso. Uno llega a odiar al niño protagonista por su síndrome de «controlador aéreo» y ponerse de parte de los amantes adúlteros. Además, los libros de El Acantilado tienen un papel muy jugoso. Me encantan.
18 de enero de 2014 en 09:34
Y, al mismo tiempo, Maite, yo sentía una gran pena por Edgar y el sufrimiento que padecía.
A mí también me gustan mucho los libros de Acantilado.
Besos de fin de semana.
18 de enero de 2014 en 13:11
Un buen libro, desde luego y de los que se leen de un tirón, que piden más y una se queda con hambre, por así decir.
Feliz fin de semana con un abrazo a larga distancia, pero cálido y cariñoso.
18 de enero de 2014 en 15:40
Un abrazo, Bárbara.
Me alegra saber que a ti también te ha gustado.