Para un miércoles de frío escojo este poema de
RUBÉN DARÍO
que nos proporcione el calor que le falta al invierno.
DE INVIERNO
En invernales horas, mirad a Carolina.
Medio apelotonada, descansa en el sillón,
envuelta con su abrigo de marta cibelina
y no lejos del fuego que brilla en el salón.
El fino angora blanco junto a ella se reclina,
rozando con su hocico la falda de Aleçón,
no lejos de las jarras de porcelana china
que medio oculta un biombo de seda del Japón.
Con sus sutiles filtros la invade un dulce sueño:
entro, sin hacer ruido: dejo mi abrigo gris;
voy a besar su rostro, rosado y halagüeño
como una rosa roja que fuera flor de lis.
Abre los ojos; mírame con su mirar risueño,
y en tanto cae la nieve del cielo de París.
Rubén Darío – 1867-1916
enero, 2014 © chelopuente
15 de enero de 2014 en 09:31
«…y en tanto cae la nieve del cielo de París.»
Ains París… lo deseo de una forma especial….
Un beso de los de Miércoles con un marcado acento Parisino…
15 de enero de 2014 en 11:27
«Siempre nos quedará París…» 🙂
Un beso de versos.
15 de enero de 2014 en 15:02
Pom, Pom, .. ¿se puede? No quisiera interrumpir a los parisinos más majos que conozco virtualmente…
¡Buen miércoles poético!!!
15 de enero de 2014 en 15:31
Si es que París me tiene enamorada desde principio de los 80 wue fui por primera vez.
15 de enero de 2014 en 15:35
Yo viví en Paris, en el barrio latino, en el 72 y estoy como tú; es la ciudad que más me gusta y la añoro… siempre.