El día 30 de septiembre de 1955
JAMES BYRON DEAN
murió en un accidente de tráfico, cuando su Porsche se estrelló contra otro coche en un cruce de carreteras de California.
Tuvo una infancia traumática, según contaría Liz Taylor y cuya confesión se publicó después de su muerte, como ella deseó. A los nueve años murió la madre de James Dean, a la que estaba muy unido, y su padre -que al parecer no podía hacerse cargo de él- le envió a vivir con su tía y su marido. Allí entabló «amistad» con el pastor del barrio y que -según contó la Taylor- abusaba sexualmente de él, lo que le provocó un trauma que arrastraría hasta su muerte.
Es escasa la filmografía de James Dean, ya que sólo hizo tres películas: Rebelde sin causa, Al este del Edén y Gigante. Fue precisamente mientras rodaba Gigante cuando perdió la vida con sólo 24 años. También se dice que el personaje de Jeff Rink -que representaba James Dean en Gigante- tenía mucho de su carácter solitario y yo opino lo mismo.
No sé muy bien porqué, quizá por su temprana muerte, quizá por su aspecto de niño atormentado, pero aquel día 30 de septiembre de 1955 murió un joven actor al tiempo que nacía una leyenda que hoy permanece intacta.
IN MEMORIAM…
septiembre, 2013 © chelopuente
30 de septiembre de 2013 en 09:03
Dos notas curiosas. Trece días antes de su muerte Dean hizo un anuncio publicitario en el que recomendaba a los jóvenes conducir prudentemente. El libro favorito de James Dean era El Principito de Antoine de Saint-Exupery que recientemente he leído…
Un beso de los que se dan entre arrumacos y tazas de café… para eso que hacen los amigos…
30 de septiembre de 2013 en 13:14
Vaya, qué irónica es la vida…
Besetes con arrumacos otoñales.
30 de septiembre de 2013 en 16:34
ummmm los arrumacos…. o to ña les…
30 de septiembre de 2013 en 09:36
Está claro que era una «estrella» y al morir tan pronto se hizo mito ¿qué hubiera sido si….?. Un beso, Chelo
30 de septiembre de 2013 en 09:38
Eso nunca lo sabremos. Igual no había sido tan famoso.
Buenos días y buen martes.
30 de septiembre de 2013 en 10:38
Yo creo que, aunque no hubiera muerto, hubiera sido una estrella igual, tenía todas las características que en esa época forjaron alguno mitos: atractivo, misterio y buen hacer. Besos de lunes!
30 de septiembre de 2013 en 13:15
Puede que tengas razón, querida libelia, aunque, desgraciadamente, nunca lo sabremos.
Besos luneros de principio de semana.