«Y a veces, cuando echo de menos esa pertenencia a un territorio me digo, tal vez no hay que echar raíces en la tierra a la que hemos llegado por azar de la naturaleza sino en las ideas, en los sentimientos y en las emociones que hemos forjado nosotros mismos, y en el compromiso que les debemos»
Reflexión de Arcadia, personaje de la novela de
Rosa Regàs, Música de cámara.
Porque da igual el lugar donde nacemos, porque lo que realmente nos hace crecer es nuestra vinculación con las ideas, los sentimientos y las emociones que nos van modelando a lo largo de toda nuestra vida y nos hace como somos cada uno de nosotros.
Aprender
que con certeza, nada tengo que no me des,
a conseguir que el corazón se conmueva siempre por el frágil gesto
de la belleza.
Aprender que sólo soy si tú existes, y es esta la medida que quiero y me define.
Aprender para saberse desprender, he aquí el viejo secreto. Aprender...
(Fragmento de "Aprendre", poema de Lluis Llach)
Ains no recuerdo cual era el poeta que hablaba en sus versos del campanar en la lejanía… Pero es cierto, la pertenencia ha cambiado, y debemos afincarnos en el lugar en el que estamos… donde reposan nuestras zapatillas cada noche decía Gerard Quintana… Recordando los lugares, vividos, disfrutados y sudados, pero viviendo el presente en el lugar que en estos momentos el destino nos ha sugerido…
Siempre pueden volver a soplar otros aires… otros destinos y estaremos ahí para disfrutarlos.
Yo también pienso -como Arcadia- que es mejor la pertenencia a las ideas, los sentimientos y las emociones, porque siempre irán con nosotros a cualquier lugar en el que vivamos.
Besos tristes por Galicia.
Vivir y sentir donde estamos pero sin nacionalismos es lo ideal, hoy estamos aquí y mañana puede que en otro lugar, ese sentimiento de pertenencia a un entorno a un grupo o sociedad está bien, pero esta mejor saberse y entenderse global, nómada y trashumante.
Me uno a vuestro pensamiento. Quizá porque mi familia está formada por gente de muchos sitios, porque yo nací en un lugar diferente al origen de mis padres, porque mi vida me llevó a otra región -mucho más al norte- y mis hijos nacieron allí, quizá porque no creo en los países sino en las personas, porque siempre me muevo con el corazón, a pesar de que eso es peligroso y me condena a estar al final de la cadena de sucesos que describía Darwin, quizá porque nací la segunda y eso, a veces, te hace invisible y de ningún lugar, quizá……por todo ello, me siento más de ese lugar imaginario que no se palpa pero se lleva con uno mismo, el de las ideas, los sentimientos y las emociones. Besos tristes, muy tristes hoy, pero desde el mismo corazón, amiga!
25 de julio de 2013 en 08:31
Ains no recuerdo cual era el poeta que hablaba en sus versos del campanar en la lejanía… Pero es cierto, la pertenencia ha cambiado, y debemos afincarnos en el lugar en el que estamos… donde reposan nuestras zapatillas cada noche decía Gerard Quintana… Recordando los lugares, vividos, disfrutados y sudados, pero viviendo el presente en el lugar que en estos momentos el destino nos ha sugerido…
Siempre pueden volver a soplar otros aires… otros destinos y estaremos ahí para disfrutarlos.
Unos besetes de los de maleta de viaje.
25 de julio de 2013 en 10:12
Yo también pienso -como Arcadia- que es mejor la pertenencia a las ideas, los sentimientos y las emociones, porque siempre irán con nosotros a cualquier lugar en el que vivamos.
Besos tristes por Galicia.
25 de julio de 2013 en 10:37
Vivir y sentir donde estamos pero sin nacionalismos es lo ideal, hoy estamos aquí y mañana puede que en otro lugar, ese sentimiento de pertenencia a un entorno a un grupo o sociedad está bien, pero esta mejor saberse y entenderse global, nómada y trashumante.
Besos.
25 de julio de 2013 en 14:02
Estoy de acuerdo contigo. Por eso pienso que es más profunda la pertenencia a las ideas, los sentimientos y las emociones.
Besos.
25 de julio de 2013 en 15:22
Me uno a vuestro pensamiento. Quizá porque mi familia está formada por gente de muchos sitios, porque yo nací en un lugar diferente al origen de mis padres, porque mi vida me llevó a otra región -mucho más al norte- y mis hijos nacieron allí, quizá porque no creo en los países sino en las personas, porque siempre me muevo con el corazón, a pesar de que eso es peligroso y me condena a estar al final de la cadena de sucesos que describía Darwin, quizá porque nací la segunda y eso, a veces, te hace invisible y de ningún lugar, quizá……por todo ello, me siento más de ese lugar imaginario que no se palpa pero se lleva con uno mismo, el de las ideas, los sentimientos y las emociones. Besos tristes, muy tristes hoy, pero desde el mismo corazón, amiga!