
Dicen que cuando la vida te cierra una puerta,
el destino te abre una ventana,pero no siempre es así,
porque hay veces en que la ventana es falsa
ya que es lo que en arquitectura se llama un trompe-l’œil,
que en castellano se traduce como un engaño del ojo.
julio, 2013 © chelopuente
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Aprender
que con certeza, nada tengo que no me des,
a conseguir que el corazón se conmueva siempre por el frágil gesto
de la belleza.
Aprender que sólo soy si tú existes, y es esta la medida que quiero y me define.
Aprender para saberse desprender, he aquí el viejo secreto. Aprender...
(Fragmento de "Aprendre", poema de Lluis Llach)
16 de julio de 2013 en 07:27
Trampantojo !!
Buen día Chelo.
16 de julio de 2013 en 09:42
Sí señor!
Buen martes, Alberto.
16 de julio de 2013 en 07:48
egunon chelo! ójala nos encontremos siempre con ventanas «abribles» …. feliz martes!
16 de julio de 2013 en 09:43
Sería lo mejor, que todas las ventanas pudieran abrirse de par en par.
Feliz martes, Marisa.
16 de julio de 2013 en 09:24
Ains.. una preciosa forma de arreglar una ventana tapiada… aunque siempre deberíamos jugar a tenerlas abiertas… las ventanas, digo.
Bon dia de dimarts amb ambient caluros…! Un b7 templat.
16 de julio de 2013 en 09:45
El efecto es precioso, aunque no sé si en la foto se puede apreciar bien. Sin embargo, mucho mejor las ventanas que se abren al mundo.
Bon dia de mola calor.
16 de julio de 2013 en 12:10
Pues queda bien, pero las ventanas que no se pueden abrir no me gustan demasiado. Son mejor las de verdad 🙂
16 de julio de 2013 en 15:06
Yo también opino como tú. Mejor las ventanas abiertas a la vida.