La librería de Chelo

Este es el blog de Chelo Puente, donde descubrirás algo sobre mí a través de las palabras escritas y leídas.

Añorando los viejos tiempos.

13 comentarios

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Querido amigo:

Hace tiempo que no te escribo un email porque no tenía nada importante que contarte, pero hoy, hoy si que tengo una cosa superimportante.

Verás… Estaba yo el otro día con una amiga mía y me contaba una cosa que le pasó una noche con su marido… ya verás, ya…

Después de cenar estaban ellos dos sentados en el salón. Ella leía una novela, él tenía la mirada perdida en algún punto inexacto del jardín a través de la ventana, con una actitud soñadora.

– ¿Sabes cariño? -dijo el marido. ¡Cómo añoro los viejos tiempos!, cuando tenía 30 años. Aquellos en los que vivía en un apartamento cutre, con unos muebles cutres, comía en restaurantes cutres y tenía un coche cutre de tercera mano, pero cada noche me llevaba a la cama a una rubia delgada, escultural, joven y diferente. Ahora vivo en una magnífica casa con jardín, con unos muebles de diseño, como en los mejores restaurantes y tengo uno de los coches más lujosos del mercado, pero… cada noche me acuesto con la misma mujer de más de 50 años y con un poco de sobrepeso. ¡Ay, no sé si me comprendes!

– Claro que te comprendo, querido -contestó mi amiga, que es muy comprensiva. Claro que comprendo que añores los viejos tiempos. Por éso te digo sal, ve a buscar y llévate a la cama cada noche a una rubia delgada, joven, escultural y diferente, y no te preocupes de nada más, porque yo me encargaré de que vuelvas a tener un apartamento cutre, con unos muebles cutres, vuelvas a comer en restaurantes cutres y a tener un coche cutre.

El marido, amigo mío, ante la comprensión desmedida de su mujer, calló sin saber qué responder y salió a dejar la basura. Mi amiga siguió leyendo su novela, con la satisfacción de saber lo bien que comprendía a su marido.

Otro día te cuento más cositas, sí?

Mil besos,

Chelo Puente – febrero, 2013

Autor: Chelo Puente

Aprender que con certeza, nada tengo que no me des, a conseguir que el corazón se conmueva siempre por el frágil gesto de la belleza. Aprender que sólo soy si tú existes, y es esta la medida que quiero y me define. Aprender para saberse desprender, he aquí el viejo secreto. Aprender... (Fragmento de "Aprendre", poema de Lluis Llach)

13 pensamientos en “Añorando los viejos tiempos.

  1. Y despues se atreven a decir que las mujeres no somos sabias…. Platon y Aristoteles siempre fueron simples noveles aspirantes a filosofos ante una mujer con 25 años de casada.

  2. Quizás, ella deseaba que el marido saliese realmente a buscar…

  3. Puede ser que sí, aunque lo que está clarísimo es de la velada advertencia en el caso de que lo hiciera.

  4. Desde luego Chelo es que tienes unas amistades muy exigentes no…? Tienes que hacer como la prensa y facilitarnos nombres y apellidos…

    Ah…! Qué podría ser yo…? Pues entonces mejor no lo hagas…

    Un beso de los de yupiiiiiii….!

  5. Si es que no se puede tener todo en la vida jaja!

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