LA BUENA NOVELA
Laurence Cossé
Ed. Impedimenta
Cuando en octubre pasado la Editorial Impedimenta nos regaló la publicación de esta novela, volví a pensar que estaríamos ante una joyita de las que nos tiene acostumbrados, y no me equivoqué.
Ivan George, un antiguo vendedor de cómics y la elegantísima Francesca Aldo-Valbelli se unen para poner en marcha el sueño de su vida, la creación de una librería especial en París. ¿Y qué tiene de especial esta librería? Pues que en ella sólo se venderán obras maestras y sólo novelas, aquellas novelas que han emocionado a los más fervientes lectores.
Estas obras maestras serían seleccionadas por un comité secreto, compuesto por ocho miembros que desconocen su identidad entre sí y se esconden tras seudónimos, de forma que no puedan influirse unos a otros en la elección de las novelas maestras propuestas.
Abrió con una campaña de publicidad importante y especial, a la altura de la categoría de la librería, de modo que el éxito asombroso comienza desde el principio. Pero pronto empiezan a desvelarse los detractores, envidiosos y mediocres que pretenden acabar con la librería afirmando que ¿quién se creían ellos para decirles a los lectores lo que habían de leer? y comienzan a tacharlos de elitistas, snobs y excéntricos.
Seguidores y detractores se manifiestan por todos los medios (prensa, internet, blogs, etc) mientras Ivan y Francesca intentan con fervor capear el temporal, pero la confrontación llega a un punto en que se suceden agresiones a tres miembros del comité, que están a punto de costarles la vida.
Una apasionante historia que demuestra cuanto cuesta realizar los sueños, cuánto cuesta huir de la vulgaridad, cuánto cuesta apartarse de la mediocridad en la que se mueve una buena parte de la sociedad; y -por el contrario- de la lucha por llevar a cabo un innovador proyecto, por poner en marcha una ilusión y del apoyo de toda la gente que lo valora.
Una magnífica novela que no deberías perderte, si bien tengo que advertirte de que acumularás unos días de sueño porque no verás el momento de apagar la luz.
¡Felices lecturas, amigos!
Chelo Puente – enero, 2013