Un 11 de noviembre de 1821, venía al mundo en Moscú (Rusia) -de la unión de un padre autoritario y una madre refugio de amor y protección- el que sería el gran escritor ruso FIODOR MILJAILOVICH DOSTOIEVSKI – (1821-1881), cuya obra literaria estaría marcada por el contexto político y social de la sociedad rusa del siglo XIX y por la expresión de la psicología humana de sus personajes.
Obras emblemáticas como El jugador, El idiota, Los hermanos Karamazov o la gran Crimen y castigo -que fue publicada por entregas en la revista El Mensajero ruso– nos renovaron el placer de la lectura, de la lectura con mayúsculas.
Dicen que dijo Dostoievski…
«…desearía expresar algunos pensamientos, aunque por su causa debe sufrir el arte; pero estoy de tal modo fascinado por las ideas que se han acumulado en mi espíritu y en mi corazón, que debo expresarlas aunque sólo pueda lograr un opúsculo; es lo mismo, debo expresarme…».
Hagamos pues caso al gran Dostoievski, y expresemos nuestras ideas y nuestros pensamientos a través de la palabra oral o escrita.
IN MEMORIAM…
Chelo Puente – noviembre, 2011